Las tartas de bodas de cuarentamil pisos ya no están de moda. El frosting está en su mayor apogeo y con él se pueden hacer auténticas maravillas, que sirven para personalizar las tartas hasta límites insospechados. Para todos los gustos, vamos.
También, es tendencia usar el frosting para dejar las tartas con un aspecto sencillo, precioso y elegante.
Pero lo que está revolucionando las bodas más chic, vintage, shabby chic y rurales son las naked cakes o tartas desnudas.
¿Qué son? Son tartas hechas de capas de bizcocho de cualquier sabor (vainilla, chocolate, red velvet, limón, etc.) alternadas con capas de buttercream de cualquier sabor, o incluso frutas. No hace falta olvidarse del frosting, se puede usar para decorar, pero con la "regla" de que los laterales queden desnudos. Y para decorar también se usan mucho frutas y flores.
Rellena de chocolate y fresas. Creo que voy a morir de emoción: es la mejor combinación de sabores del mundo mundial. Y si me decís que es Nutella, atravieso la pantalla ya mismo.
Con frutos rojos. Tremenda.
Bizcocho de plátano con buttercream de vainilla y almendra. Pequeñita y llena de frutas. Mmmm ñam.
Bizcocho de chocolate, con frosting de chocolate por encima y frutos rojos. No digo más.
Decorada con flores, le dan un aspecto más natural aún.
¡Arcoíris! Bizcocho de diferentes sabores, tiene que ser una explosión al morderla.
Esta me encanta. Ombré verde, decorada con arándanos y hojas de hierba buena.
No me digáis que no aportan frescura y ligereza a cualquier boda. ¡Ais! Si es que me las comería todas.
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con este tipo de tartas. Al estar al descubierto y no tener la capa de frosting que las proteja, se secan enseguida. Así que no solo hay que hacerla máximo un día antes de la boda, sino que tampoco puede estar de decoración desde que empieza la ceremonia.
Por eso, yo os recomiendo muy seriamente, que si alguna vez veis una, os lancéis a probarla de inmediato o para poder tragarla necesitaréis agotar la barra libre.