Después de una semana de descanso en nuestra sección de los martes, ¡estamos de vuelta!
Os recuerdo que vosotros también podéis contar la vuestra, solo tenéis que escribirme y aparecerá en el blog.
Hoy nos cuenta su pedida Adriana, así que os dejo con ella y con su historia.
¡Hola a todos! Soy Adriana y os quiero contar cómo fue mi pedida. Mi ya marido se llama Rodrigo y nos conocimos hace cinco años en unas condiciones muy peculiares. Él es bombero y un día saliendo del trabajo tuvo un pequeño accidente de coche, yo soy enfermera y justo esa tarde estuve con él en el hospital ya que era mi paciente, aunque yo solo me encargaba de que no le faltara de nada.
Tenía una pequeña contusión y la primera persona a la que vio fue a mi, os tengo que decir que lo primero que dijo al verme fue: "¿Eres un ángel? ¿Estoy en el cielo?". Avisé al doctor para que lo examinara y tras el reconocimiento le comentó que descansara. A la tarde siguiente cuando volví al hospital a trabajar entré en su habitación para ver como estaba y me dijo: "El ángel, por fin te encuentro, me llamo Rodrigo, aunque supongo que eso ya lo sabes y me gustaría invitarte a un café" Os tengo que decir que nunca he sido de aceptar ofertas de pacientes y menos de desconocidos, pero había algo en él... El día que le dieron el alta me dejó una nota con su teléfono, dos días después le envié un mensaje. Él me llamó y una semana más tarde quedamos en un café de Madrid, al momento supimos que algo había entre nosotros y empezamos a quedar.
Después de dos años saliendo y un año viviendo juntos, vino la pregunta.
Esa noche tenía guardia, fue una noche con mucho trabajo y solo tenía ganas de llegar a casa y relajarme. Por fin se hizo la hora de salir y al ver el móvil tenía un mensaje de Rodrigo diciéndome que pasaría por mi.
Salí y lo encontré esperando con un ramo de margaritas, mis flores preferidas y me dijo: "¡Hola Ángel! Me gustaría invitarte a un café" No pude más que sonreír y aceptar.
Fuimos al café donde años atrás nos conocimos, yo le había dicho que estaría cerrado, que suele abrir por las tardes, pero él se empeñó y al llegar estaba una de las camareras fuera, nos saludó, entramos y cerraron la puerta, me quedé en shock, teníamos toda la cafetería para nosotros y había una mesa con una velita y lo mismo que tomamos ese día. No paraba de sonreír y miré a Rodrigo y me dijo: "Tú me salvaste la vida, fuiste mi ángel y quiero que lo seas toda mi vida (se arrodilló y sacó una cajita) ¿Quieres casarte conmigo?"
Me puse a llorar y le dije: "Sí, sí y mil veces sí". Con la emoción a flor de piel desayunamos en esa pequeña cafetería de Madrid que forma parte de nuestra historia.
Foto vía Pinterest
¡Muchísimas gracias Adriana por contarnos tu historia! ¡Espero que seáis muy felices!
Y tú, ¿te animas a contarnos la tuya?
¡Besos!
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