Además de escribir sobre diversidad de temas bodiles y otros eventos, de vez en cuando también escribo sobre mis propias experiencias vividas en mi boda.
En esta ocasión, os quería hablar de nuestra elección de fotógrafo y videógrafo.
Teníamos muy claro que el tema de fotografía se iba a llevar una parte importante del presupuesto, ya que después de hablarlo y valorarlo, pensamos que pasados los años, las fotografías eran los recuerdos tangibles que nos iban a quedar. Así que queríamos calidad, y si era a buen precio, mucho mejor.
En este post del día 06 de Julio, os hablaba de los “Aspectos a invertir en una Boda”: https://pinksunevents.wordpress.com/2015/07/06/aspectos-a-invertir-en-una-boda/
Pues bien, yo tenía ya la idea fija de un fotógrafo que conocía por Facebook y que me encantaba su trabajo, mucho antes de prometernos. Cuando nos comprometimos, le enseñé a mi chico sus fotografías, y como es un apasionado de este mundillo, la calidad de las imágenes le pareció espectacular.
Así que cuando empezamos la búsqueda, el primer sitio al que fuimos a preguntar fue a él. Además, coincidió que había fotografiado la boda de unos conocidos, con lo cual ya tenía buenas referencias de primera mano.
El trabajo, como os digo, ya lo conocíamos con anterioridad. Ahora era el momento de conocer precios y condiciones. La sensación fue muy buena desde el principio de hablar con el fotógrafo, pero vimos que se nos salía del presupuesto que teníamos establecido. Había que pensarlo muy bien y en frío.
Decidimos seguir buscando proveedores que ofrecían sus trabajos, pero no nos convencía la manera de tratar las imágenes. No me refiero a temas técnicos o temas de luz, sino la manera de transmitir lo que fotografiaban, el estilo de las fotos, los filtros, etc. Ninguno llegaba a transmitirnos el romanticismo que buscábamos.
Después de dar muchas vueltas, pedir muchos presupuestos, y ver muchas muchas fotografías, volvimos a nuestros inicios, jeje. Mantuvimos una reunión con el fotógrafo en su estudio, nos enseñó más trabajos de los que tenían colgados en su web y facebook, nos explicó cómo trabajaban, el tipo de material, los enfoques, la manera de transmitir, horarios, condiciones, etc. También comentamos nuestra situación “monetaria”. La verdad que fue muy comprensivo, y nos hizo un descuento para que pudiéramos trabajar juntos para nuestra boda. Estuvimos viendo también la posibilidad de realizar, no sólo el reportaje del día de la boda, si no también preboda y postboda.
Nuestra boda al ser de mañana, no nos dejaba mucho tiempo para hacernos un reportaje extenso a mediodía, justo después de la ceremonia. Así que nos regaló el reportaje de postboda para que tuviéramos un reportaje amplio vestidos de novios. Así que por ese lado, ¡perfecto!
¿Y la preboda? al principio hablamos de no hacer este reportaje, para minimizar gastos, pero después de leer por varios sitios de internet, que lo recomendaban, lo hicimos. Y decir que no nos arrepentimos para nada. Además de salir unas fotos chulísimas y súper bonitas, realmente yo lo recomiendo habiéndolo vivido en primera persona. Ya no sólo has tenido una reunión con el fotógrafo un año antes de la boda, y hasta el día de la boda no sabes nada más. Todo lo contrario. El día de la preboda habláis de vuestras vidas, os conocéis más en persona que profesionalmente, y eso se resume en que cogéis confianza con él y con su cámara. Ya no sólo es una aparato que os enfoca y os sentís…puf! Desde luego las primeras fotos de la preboda mi marido y yo salimos con unas caras…. jaja, ¡vaya susto! y luego nos fuimos relajando y cogiendo esa confianza al posar en ciertas fotos. El fotógrafo también ayudó mucho, que conste. ¿Imaginas que sales con esa cara de susto y de “ay Dios mío qué vergüenza” el día de la boda? Por eso recomiendo invertir un poquito más en este tipo de sesiones.
Y bueno, ¡¡Ya teníamos fotógrafo!!
Pero, ¿y el videógrafo? Fue un poco por casualidad. Ya que el fotógrafo se llevaba parte del presupuesto, preguntamos en varios sitios para que nos hicieran el vídeo, y nos costaba igual o más que el fotógrafo, incluso viniendo de contactos de familiares, eran precios realmente escandalosos. Pensamos en que nos lo hiciera un familiar, para ahorrarnos así ese dinerillo. Pero claro, quieras que no, es una responsabilidad grabar un vídeo que quedará para toda la vida, y no podría disfrutar de la boda como el resto de invitados. Así que nada, descartado también.
Casi al tirar la toalla, dí con nuestro maravilloso videógrafo, a través de un conocido portal de Bodas. Contacté con una chica que había trabajado con él para su boda y estaba realmente encantada. Así que no me lo pensé y le pedí que me enseñara varios trabajos suyos, y realmente me encantó. Un chico súper apañao, con un precio escandalosamente bueno, y ¡que nos ha hecho un vídeo espectacular! Igualmente, también tuvimos una reunión con él para enseñarnos sus trabajos, cómo montaba los vídeos, sus cámaras, sus enfoques, y conocernos más personalmente. En este caso, decidimos tener un vídeo tradicional, porque el tema de entrevistas antes de la boda, o durante los preparativos el mismo día nos daba más corte y vergüenza que otra cosa, pero reconozco que hubiera quedado súper bonito también.
Mis consejillos para poder elegir tanto fotógrafo como videógrafo os los dejo a continuación:
¿Cual es tu estilo de fotografía? Tradicional, posados, artístico, documental… Que os enseñe sus trabajos, evidentemente.
¿Serás tú el que realice el reportaje de boda? Si es un estudio muy grande y tiene contratados varios fotógrafos, aseguraos que habláis con el que os va a realizar el reportaje. Y por supuesto, si sólo va él/ella, o alguien más para cubrir varios ángulos de la boda.
¿Tienes más bodas ese fin de semana? O incluso pueden cubrir dos bodas el mismo día. Yo personalmente, no lo contrataría. El reportaje el día de mi boda en exclusiva, para que el trabajo se realice en condiciones y con la máxima calidad.
¿Nos dará todas las fotografías? Hay algunos que sólo dan las fotografías que estiman oportunas. Por ejemplo, aunque hagan 1000 fotos, sólo te dan 300. Preguntar en qué formato os las dan, si en baja calidad, en formato digital, impresas, etc. Y cuántas fotografías suelen salir de una reportaje de boda. En mi caso salieron unas 1200 fotos sólo el día de la boda, sumadas al reportaje preboda y el reportaje postboda.
¿Que haces si te pones enfermo? lo más normal es que te digan que nunca se les ha sucedido, pero aún así, siempre existe esa pequeña posibilidad, que aunque no nos guste, puede pasar. En mi caso, en su equipo hay varias personas que trabajan con él, con el mismo estilo. Pero si no pudieran realizar el trabajo, me enviarían a un fotógrafo de confianza y profesional del sector en su lugar.
¿Tienes equipos de repuesto por si hay algún fallo o rotura o avería? Que te aseguren, siempre por escrito, que poseen el equipo suficiente para cubrir el evento, pase lo que pase.
¿Que pasa si se alarga? ¿Sería posible trabajar más horas si fuera necesario? ¿En que condiciones?
¿Como irá vestido? ¿Te imaginas a tú fotógrafo con bermudas y camiseta? No. Normalmente van vestidos de negro para pasar desapercibidos entre los invitados. Y si no, por lo menos guardando la estética del evento. Arregladitos vaya.
Horario de trabajo: que sepáis desde qué hora van a estar con los preparativos, y hasta qué hora se van a quedar después del baile.
Presupuesto final: en todo servicio hay un contrato, así que leer bien el contrato antes de firmar, y preguntar las dudas que tengáis respecto a horarios, precios, fotógrafos de sustitución, políticas de cancelación, derechos de imagen, etc.
Así que, queridas “Pink” novias, como consejo personal habiendo vivido mi propia boda, invertir en un buen fotógrafo y videógrafo, y quitaros de algún capricho. Merecerá la pena el sentimiento que os inunda y las lágrimas de felicidad que se os saltan, al ver las fotos y el vídeo de vuestra boda.
Os dejo con el enlace al post donde colgué las fotos y crónica de mi boda: https://pinksunevents.wordpress.com/2015/06/02/hola-mundo/
Pink Kisses!