Jimena, o lo que es lo mismo Volvoreta Bodas, nos enamora con cada una de sus instantáneas. Podríamos definir su excelente trabajo como un elogio a la naturalidad y a la redacción visual de historias de amor. Ella, junto a su equipo, forman un conjunto de profesionales dispuestos a realizar reportajes de boda naturales, diferentes y originales donde los sentimientos y sensaciones se reflejan en cada una de las fotografías.
Y así lo han vuelto a hacer en esta boda al aire libre. ¿Te vienes a verla?
Tanto Andrea como Jordi, los novios de esta bonita boda al aire libre, tenían claro el concepto: “queríamos una boda “boho-chic”, inspirada en elementos naturales, que fuera en exterior y en un jardín cubierto de árboles y palmeras. Por eso elegí el Cortijo Alameda en Fuente Vaqueros. Es un cortijo que se ubica en medio de una alameda (zona repleta de chopos) y que recoge ese aire rústico que buscaba. La elección de dicha filosofía no fue por tener que elegir sino porque es nuestra forma de vida, en nuestra casa, en nuestra forma de vivir, de viajar, de comer y de vestirnos incluso buscamos siempre la sencillez, los paisajes salvajes y naturales y el aprovechamiento de cosas antiguas o usadas que tengan algún valor, por eso para nuestra boda no íbamos a salirnos de lo que es para nosotros una filosofía de vida.”
Para ello, la novia buscó un vestido de novia acorde a su estilo, con caída natural, manga romántica y de encaje antiguo. En su búsqueda, Andrea no dió con ninguno que se acercara al que ella tenía en mente así que un buen día, por casualidad, hablando con su abuela, esta decidió que debía probarse el que tanto ella como su madre habían llevado el día de su boda. En ese momento fue cuando Andrea se percató de que ese debía ser su vestido. Así que buscó una buena modista, Julia Modista, compró unas telas de crepé y dejó que ese vestido con tanta historia se convirtiera en el suyo.
Para la decoración de la boda, se utilizaron elementos florales muy neutros para conseguir ese estilo boho-chic que la pareja buscaba: paniculata, peonías, eucalipto baby, crasas, rosas, astilbe.. Todas ellas en tonalidades muy claritas acompañadas de las ramas de olivo que se usaron para las mesas imperiales. El exterior, cargado de detalles hechos a mano, constaba de guirnalda de luces sobre las mesas, mesas de madera rectangulares y sin vestir combinadas con las tradicionales mesas redondas, velas y centros de mesa diferentes en las mesas rectangulares y redondas.
Andrea, la novia, se implicó mucho en la organización y la decoración de la boda ya que tanto su experiencia como su ilusión, no querían dejar pasar por alto este gran día. Es por eso que también diseñó, junto a su amiga Verónica, las invitaciones, el misal, la minuta, la tarjeta de agradecimiento y la tarjeta del plano con sobres kraft forrados con un papel verde agua para seguir con la gama cromática de toda la boda.
¿Conocías el trabajo de Volvoreta Bodas? Sin duda unas instantáneas preciosas para esta boda al aire libre.
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Fotografías Volvoreta Bodas
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