Os quiero contar cómo fue nuestra andadura a la hora de elegir el sitio de celebración. Tuvimos la suerte de tener clara la Iglesia donde nos queríamos casar, más que nada porque estaba enamorada de esa iglesia desde antes de conocer a mi ya marido. Así que al día siguiente de prometernos ( 17/03/2014) llamé a la iglesia para concertar una cita y ver la disponibilidad de fechas. Nos queríamos casar en septiembre de ese mismo año, pero ya estaba todo lleno, sólo quedaban libres las fechas de invierno y sólo para la boda de tarde, con lo cual buscamos la opción para este año 2015. Así que como nuestra preferencia era en primavera u otoño, porque en verano en Málaga como te pille un día de calor no lo aguanta nadie, decidimos coger la fecha del 25/04/2015, por la mañana, ¡que era lo que queríamos! Así que desde luego con la Iglesia tuvimos bastante suerte.
A la hora de elegir el banquete fue más complicado. Mi sueño era celebrar mi boda en una finca o hacienda, al aire libre, con unas carpas blancas y rodeados de árboles y flores…. Mi sueño se fue desbaratando a medida que íbamos pidiendo presupuestos. Ya no sólo porque los precios de los menús eran tremendamente escandalosos, sino porque a parte teníamos que pagar el alquiler del lugar, lo que suponía sumar 4 mil o 5 mil € más a la factura. Mi chico insistió en meternos incluso en un préstamo para poder cumplir mi sueño, pero me negué porque me parecía excesivo.
Así que empezamos a descartar todos esos sitios ideales por las barbaridades que cobraban. En otros sitios nos obligaban a tener más de 200 invitados, porque si no, no les salía rentable celebrar una boda allí… Perdona que te haya molestado con mis 150 invitados….
El siguiente paso fue buscar lugares donde no cobraran alquiler del lugar, sino solamente los menús, y que claro, fueran bonitos por lo menos.
Visitamos varios de ellos, en concreto 6 que estaban dentro de nuestro presupuesto o que nos obligaban a ir para darnos los precios, y qué puedo decir…vimos de todo. Evidentemente no daré nombres, pero…¡vaya tela!
– El primero que visitamos la verdad es que estaba muy bien, ya lo conocíamos de haber ido a una boda de unos amigos y sabíamos que la comida estaba bien. El problema que veíamos quizás es que se negaron a que lo celebráramos en el exterior, y también quedaba un poco lejos para los invitados.
– El segundo fue un club de golf. Fuimos porque las fotos eran espectaculares…claro, espectaculares si te gastabas un pastizal en la decoración, porque el sitio dejaba mucho muchísimo que desear. Nos comentó el encargado que las fotos de la boda que habíamos visto, sólo en decoración se dejaron ¡¡10 mil €!! A parte sumarle las perlitas que soltaba por la boca. Para celebrarlo en el exterior no había problemas, poniendo unas carpas pero… “¿por qué os casáis en abril?; es que seguro que os llueve y os jode la boda (nos hizo un día de lujo por cierto); ¿os casáis a mediodía? ¡qué barbaridad! ¡a quién se le ocurre!; mira, hacemos una cosa, cambiáis la fecha y la hora de la boda para que sea en verano y por la noche, y veréis la boda tan bonita que os montamos”……. Ehmmmmm, vale, ya os llamaré. ¡¡ESTAMOS LOCOS!! Voy a cambiar la fecha de MI boda para que tú te quedes a gusto. Después descubrimos que era un sitio super exclusivo para extranjeros de la costa del sol, y que se dejaban un dineral allí. Vaya, que como no llegamos en un ferrari, no nos querían por allí.
– El siguiente, no lo llegamos a visitar, cambiamos mil veces el día y la hora para poder coincidir con el encargado del sitio, pero no había manera, hasta que nos cansamos de excusas. Peor para ellos.
– Otro era en un hotel, donde se hacía el aperitivo junto a la piscina, y la comida en una especie de salón-carpa de madera. A ver, el sitio estaba chulo, las vistas súper bonitas hacia el mar.. pero ya está. El sitio estaba lejos, cuando vimos que los aperitivos principales eran pan de molde cortados en triángulos, como si de un cumpleaños se tratara, y el hombre era de lo más cerrado…. casi que salimos huyendo. Le comenté las ideas que tenía de decoración para ponerlo a nuestro gusto y personalizarlo….me miraba con una cara…. y con un NO siempre por delante, sólo habría lo que él quería. ¡Así que a volar!
– Otro que fuimos de precio estaba espectacular, y decidimos ir a verlo….nos perdimos por el camino… un sitio alejado de la civilización, perdido entre medio del campo y unas carreteras que daban susto. El sitio no nos gustó nada, y el camino menos todavía. Así que descartado incluso antes de llegar, jaja.
– Y curiosamente, uno de los que visitamos, lo descarté porque las fotos no me llegaban a convencer, pero la amiga de una amiga que lo celebró allí, nos lo recomendó por el trato recibido, las instalaciones y por la exquisita comida. Así que bueno, por preguntar no perdíamos nada. Nada más llegar, coincidió que había boda allí, con lo cual pudimos hacernos una idea de cómo quedaban las bodas. Nos recibió el director del hotel, para explicarnos cómo iba todo y los precios de los servicios que ofertaban. ¡¡Entraba dentro de nuestro presupuesto!! Nos dejó un ratito sólos para que habláramos tranquilos los dos, y nos invitó a una cervecita y refresco, y a una bandeja de los aperitivos que iban a servir en la boda, para que los probáramos. ¡Estaban buenísimos! ¡Todos! Así que nos lo comimos todo en minutos jeje. Las instalaciones no estaban nada mal, y teníamos la opción de celebrar el almuerzo en el jardín, y también el baile.
Así que después de visitar esos sitios, y haber dado mil vueltas sobre los pros y los contras de los que nos gustaban (el primero y el último), ¡nos decantamos por este último! Sí, no era el sitio de celebración que me había imaginado, pero nos lo podíamos permitir, tiene un jardín grande, espacioso y muy bonito, el trato la verdad es que en todo momento ha sido estupendo, nos daban mil opciones para elegir diferentes servicios extras, nos daban plena libertad en decoración, nos regalaban la noche en la suite nupcial (cosa que si están en una finca o hacienda no te regalan porque no tienen), hacían descuento a los invitados que necesitaran habitación, y la comida estaba riquísima, aspecto al que dábamos muchísima importancia. Al final decidimos realizar el almuerzo en el salón, y el baile en la discoteca del hotel, ya que todo en el jardín necesitaba unas estructuras que preferimos ahorrarnos para invertirlo en otros aspectos de la boda.
En otro post contaré a qué aspectos de la boda dimos preferencia e invertimos más presupuesto, y en qué invertimos menos o descartamos.
Nuestra moraleja: no descartéis sitios por las fotos en sus web o sitios de proveedores, excepto que sea muy evidente jeje. Si entra dentro de vuestro presupuesto ir a verlo porque os puede sorprender, y elegir al final uno que no esperábais, y que se convierta en el sitio de celebración real de vuestros sueños.
Pink Kisses