Y diréis: ¿a que viene todo esto? La verdad es que no tiene mucho que ver con las fiestas bonitas, aunque pensándolo bien sí! Porque durante este tiempo he ido a muchas celebraciones y eventos en los cuales me he encontrado con problemillas para comer porque todos los alimentos estaban elaborados con proteina animal. Por eso hoy quiero traeros unas recetas vegetarianas muy ricas y sabrosas. Así, si tenéis algún amigo “raro” como yo, podrá disfrutar al máximo de tus eventos!
De todos es creído que los humanos somos carnívoros por naturaleza, pero no es cierto. Los humanos somos omnívoros (capaces de comer carne y alimentos vegetales) pero sólo eso: capaces.
Yo no me considero rara sino empática. Durante mis casi 30 años de vida he tenido una relación muy estrecha con los animales: los he cuidado, los he protegido y los he querido cómo a nadie. Aunque luego, cegada por nuestra cultura y nuestra tradición, llegaba a casa abría una bandeja y comía un pedacito de ese animal que me había estado dando tanto cariño (gallina, ternera, cerdo). Porque SI, lo afirmo y lo he vivido en mis carnes: los animales tienen SENTIMIENTOS. Respiran, les bombea el corazón y tienen sistema nervioso… ¿porqué no van a sentir?
¿Sabías que una vaca es capaz de reconocer a su ternerito entre más de 1000 de ellos? Y que, cuando los separan (porque por desgracia también usamos terneros pequeños para nuestro uso y disfrute) se pasan días y días mugiendo hasta el punto de despellejarse la garganta y no poder tragar más? Pues si, tienen sentimientos como tu y como yo! Y en verdad, los terneros son los que más sufren: “Dado que la leche de su madre es utilizada para el consumo humano, se les alimenta con un sustituto de la leche que contiene hormonas, pero carece de hierro. Esto les produce una anemia que mantiene su carne tierna y de un color pálido, dejándolos muy débiles. Cuando se sacrifican con sólo 16 semanas de vida, por lo general ya están enfermos o lisiados para caminar. Uno de cada 10 terneros muere en reclusión.” (fuente)
En este año no carnívoro, he vivido feliz y sin carencias nutricionales, pero también he tenido que luchar contra la sociedad: que si no se va a dejar de matar animales por mi; que si mi pensamiento está lleno de bobadas; que los animales viven para ser comidos…. OMG! ¿Que los animales viven para ser comidos? Hasta aquí podríamos llegar.
Vamos a ponernos en su piel: naces y a los pocos días de tu vida te separan de tu madre para llevarte a una granja de 1 metro cuadrado (en el mejor de los casos) en la cual sólo puedes moverte hacia delante y hacia atrás; durante un largo periodo de tiempo te hacen engullir una comida (que ya me gustaría saber que clase de comida es) para que engordes lo máximo y lo más rápido posible y un buen día te sacan a palos de tu “casa” para llevarte a lo que será tu matadero. Un matadero cruel y terrorífico digno de una película de Eli Roth.
¿De verdad nos gustaría vivir para esto? Pero bien, sólo es la opinión de esta humilde mujercita de 29 años y muy entregada a la naturaleza y a la vida animal! (con esto no quiero ganarme detractores, sólo quiero explicaros el porque de mi decisión) Me falta muchísimo por aprender y por dejar de usar animales en mi vida (ropa, accesorios, cremas, antibióticos…) pero reconozco que este año estoy feliz y orgullosa de mi!
Ah! Y he aprendido a cocinar mucho más sano y saludable!
1. Hamburguesa vegetal 2. Sopa de pasta y vegetales 3. Salteado al curry 4. Pizza de vegetales 5. Lasaña vegetariana en sopa