El vestido
El blanco refleja la inocencia y la pureza de la novia, y es el color por definición del vestido en el mundo occidental (en países como China e India el color que se usa es el rojo), pero no siempre fue de este modo, en la antigüedad no había un color característico o se daba tal importancia a lo que la novia usaría.
En Roma por ejemplo, las novias vestían una túnica blanca al igual que lo hacian a diario. En la Edad Media las hijas de las familias adineradas eran las que podían darse el lujo de ponerse un vestido nuevo el día de su boda y para ello el color no era importante, sino la tela y los adornos que tuviera el vestido. Mientras que las demás debían conformarse con usar uno de sus mejores vestidos.
En 1840, la Reina Victoria llevó en su boda un vestido blanco, desde ese momento la atención se fijo en este color, sin embargo el blanco era un color díficil de conseguir por lo que era costoso y solo la realeza podía vestirlo. Después de la Revolución Industrial fué más accesible por lo que su popularidad entre las novias fue en aumento. Más de un siglo después, en 1950 con Grace Kelly las novias comenzaron a personalizar sus vestidos inspirandose en su vestido de raso y seda.
En la actualidad no sólo nos fijamos en el color del vestido, sino en el corte, la tela y los adornos que este pueda tener, buscando uno que vaya de acuerdo con nuestra personalidad y que sea perfecto para esa fecha especial.
El ramo de flores.
El ramo de flores es uno de los complementos del vestido de novia más importantes. Por lo general lo buscamos tratando de que haga juego con la decoración de la fiesta o usando nuestras flores favoritas, pero el origen del ramo va más allá de un accesorio.
Desde la Grecia antigua, tanto el novio como la novia llevaban un collar de especias y hierbas aromáticas que representaba la esperanza y la felicidad de la nueva etapa que estaban viviendo, además servía para alejar los malos espíritus. Lo mismo ocurría en Egipto donde después de la ceremonia los novios consumian el ramo.
Una vez más la Reina Victoria fué ejemplo para los atuendos de novia sustituyendo en su boda las especias de los griegos por flores frescas, aunque también era común que las novias llevarán flores de azahar que simbolizaban la pureza.
Una de las tradiciones que aocmpaña al ramo es el aventarlo hacia las chicas solteras teniendo la creencia de que quien lo atrape será la próxima en casarse, aunque ya hay muchas novias que prefieren regalarlo directamente a alguién o incluso mandar a hacer pequeños ramos para todas.
El velo de novia.
Los griegos y los romanos utilizaban lagos velos para proteger a la novia de los malos espirítus que acudían a ella a causa de su felicidad, eran transparentes y de color amarillo.
En algunas culturas en las cuales se concertaba la unión de dos personas sin que se conocieran se utlizaba el velo para cubrir el rostro de la novia y el novio no podía levantarlo hasta terminada la ceremonía, entonces veía por ves primera a la que ya era su esposa.
El velo significa la modestia, inocencia y sumisión de la novia y los hay de muchos tipos y tamaños en los que la novia también puede poner su toque personal.
La cauda.
Aunque no son muy comodas, actualmente hay muchas que son desmontables y que pasada la ceremonía se pueden quitar para disfurtar de la fiesta sin tener que estarlas cuidando.
Se dice que en la época medieval las novias que eran raptadas usaban una cauda para ir desapareciendo sus huellas y así no poder ser localizadas. En la época victoriana la cola de un vestido estaba asociada a la riqueza de la familia de la novia, mientras más metros de tela tenía, más poder económico tenía la novia.
Con cauda, sin cauda, con velo o sin él, el atuendo de novia se trata de realzar tu personalidad y de hacerte sentir cómoda y segura en uno de los días más importantes de tu vida.