A puntito está de terminar una semana muy especial para mí, repleta de bonitos recuerdos que os conté aquí, de deseos que guardo para mi intimidad y de uno de los días que espero con más ganas desde que empezó el 2014.
Este domingo se casan dos de mis mejores amigos: Susana y Oriol.
No hay nada que me haga más feliz que ver felices a las personas que quiero y sé lo mucho que Susana y Oriol deseaban que llegase este día pero lo que no imaginan ellos es la ilusión que tengo yo porque llegue también.
Aunque los protagonistas principales de una boda son los novios, hoy me gustaría hablaros de la madrina, quien tiene su particular papel.
Fuente: Telva
Por normal general, la madrina es la madre del novio pero ¿qué ocurre cuándo, sea por la circunstancia que sea, la madrina no puede ser la madre del novio?
No estamos acostumbrados a ver al novio llegar al altar de la mano de nadie que no sea su madre pero, hoy por hoy, no todos los novios cuentan o pueden contar con la presencia de su madre en la boda así que hoy me gustaría recordaros cuál es la verdadera función de la madrina:
La misión de la madrina el día de la boda es acompañar al novio al altar.
Esta función puede que siempre se haya encomendado a la madre del novio pero los tiempos y las bodas cambian y, aunque sea una tradición, a veces, las tradiciones están para romperlas. Al fin y al cabo, lo importante es que el novio escoja a la persona que verdaderamente desea que le acompañe en ese momento tan especial.
Esa persona también puede ser su padre, su hermana, su abuela, su tía e incluso su mejor amiga. ¿No creéis?
Pues bien, este domingo, durante unos minutos, dejaré de ser la amiga de Oriol para ser su madrina y no imagináis lo nerviosa que estoy, la responsabilidad que siento y lo feliz que me hace que haya pensado en mí para acompañarle en un momento tan importante.
¡Espero no fallarle en un momento tan especial y, de todo, corazón aprovecho mi rinconcito bloggero para desearles una vez más que sean muy felices!