Además, podemos combinar el turismo con el romanticismo que embriaga toda luna de miel. Subir al London Eye, una de las norias más grandes e impresionantes del mundo, y disfrutar de las preciosas vistas de un Londres nocturno, puede convertirse en uno de los momentos más tiernos del viaje. Además, podemos dar un largo e íntimo paseo en coche de caballos contemplando la belleza de Hyde Park.
Eso sí, no podemos ir a Londres sin hacer turismo y conocer todas las riquezas que esconde. Así, podemos empezar por el Buckingham Palace y el popular cambio de guardia, y continuar dando una vuelta hasta Trafalgar Square para entrar en la National Gallery, cuyo interior alberga una amplísima colección de arte. Pero, si de museos se trata, no podemos dejar de visitar el British Museum, y, en concreto, el ala egipcia, que acoge uno de las mayores colecciones de cultura egipcia que hay en la actualidad. También tenemos la opción de visitar el famosísimo Madame Tussauds y fotografiarnos con las réplicas en cera de nuestros famosos.
Seguimos paseando por las calles londinenses y llegamos al Big Ben y a la abadía de Westmister, que no podemos dejar de visitar, así como los barrios de Notting Hill, que reúne cada sábado un impresionante mercado de antigüedades, y el extravagante Cadem, donde podréis apreciar algunas de las fachadas más originales y divertidas que jamás hayáis visto, así como disfrutar de una increíble diversidad cultural.
Por último, si queréis disfrutar del aire libre y la naturaleza y apreciar una de las vistas más bellas y elevadas de Londres, no dudéis en acudir al parque Hampsted. Además, nadie que acuda a Londres se marcha sin visitar el Harrods, cuyo interior alberga la estatua conmemorativa de Lady Di.
¿Qué os parece? ¿Conocéis Londres?
Imágenes: Min Master/Flickr, Spakhrin/Flickr, Meliterra/Flickr, Reservasdecoches.com/Flickr