Praga es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1992 dada la gran variedad de monumentos de épocas distintas y por su magnífico estado de conservación. El lugar más emblemático de todos es, sin duda, la Plaza de la Ciudad Vieja. Allí está situado el ayuntamiento, en cuya fachada se encuentra el famoso Reloj Astronómico. Este es una maravillosa obra de ingeniería creada en el siglo XV convertida en joya con el paso del tiempo.
La oferta cultural es bastante amplia. Podemos perdernos por la Plaza de Wenceslao, caminar por la ciudad judía y el barrio barroco de Malá Strana, cruzar el Puente de Carlos (el más antiguo de la ciudad) y visitar el Museo Nacional, la Catedral de San Vito, y por supuesto, el Castillo de Praga.
Después de unas horas visitando la ciudad, que por otra parte es muy manejable para visitar andando (aunque también tiene tren y metro), al atardecer podremos relajarnos con un romántico paseo en barco por el río Moldava, visitar los jardines del Castillo o contemplar la ciudad desde el mirador en la colina de Petrin.Para reponer fuerzas al final del día, un buen vaso de cerveza será bienvenido. En la República Checa hay infinidad de tipos de cerveza que podremos degustar en cualquier cervecería del centro de Praga.
Texto por Pablo Girón.
¿Que les ha parecido? ¿Les gustaría pasar su Luna de Miel en esta maravillosa ciudad?