Cuándo – El cuándo viene marcado por la idea que ya tengas en mente y por las ganas que tengas de ir resolviendo temas o lo preocupada que seas ante estos “desafíos”. Es decir, que si tienes claro lo que quieres, el tiempo no debe ser un problema. Se convertirá en un problema cuando no tienes una idea en mente o si eres una persona muy indecisa. Si tienes un año desde que decides casarte hasta el día en cuestión, entonces sí, búscalo con calma, disfrutando del proceso, visitando diferentes ateliers y divirtiéndote mucho mientras lo encuentras. Si te lo van a confeccionar a medida, cuanto más tiempo mejor para todos los posibles cambios que haya que aplicar. Si, por el contrario, vas a comprarlo en tiendas como Pronovias o Rosa Clará, entonces con seis meses de margen puede ser suficiente. Tú misma te conoces y manejas mejor que nadie tu propio calendario. En estas casas te aplicarán ajustes del vestido, pero si eliges un modelo ya hecho el proceso es mucho más sencillo.
Cómo – Tienes que tener muy claro si quieres un vestido a medida o un modelo que ya se comercializa como tal. ¿De qué depende esto principalmente? Pues de dos factores. Por un lado, del presupuesto que manejes, pues los vestidos a medida siempre tienen un coste superior a los vestidos ya confeccionados; del otro, de las ideas que tengas en mente. Sí siempre has tenido muy claro cómo sería tu vestido de novia y no encuentras nada en el mercado que se parezca a lo que quieres llevar en tu gran día, entonces creo que las opciones son muy claras, ¿verdad? Es importante que, en este punto, te dejes guiar por tu estilo a la hora de vestir en el día a día, por el estilo que quieres que tenga tu boda (más formal o más informal).
También un Wedding Planner puede ayudarte en esta tarea: escuchando tus ideas y aconsejándote al mejor diseñador por gustos y presupuesto. Incluso negociando para ti algunos descuentos. No dejes pasar la oportunidad de informarte en este sentido, y tener ayuda para encontrar tu vestido de novia perfecto.