1. PRESUPUESTO: Es conveniente que hagáis una previsión de lo que queréis/podéis gastaros en vuestra boda. Para calcular el presupuesto deberéis sumar el dinero del que disponéis, el dinero que creéis que ahorraréis de aquí a la boda y el dinero que esperáis recibir de vuestros invitados.
2. BODA CIVIL O RELIGIOSA: En este caso algunas parejas podéis veros condicionadas por vuestras familias, mi consejo es que elijáis un tipo de ceremonia con el que os vayáis a sentir cómodos y fieles a vuestros principios.
3. BODA TRADICIONAL VS BODA INFORMAL: También aquí sufriréis la presión social, todo el mundo opinará al respecto, así que pies de plomo y no perdáis el rumbo, aunque nunca está de más recibir consejos que pueden ponernos los pies en la tierra.
4. FECHA: La temporada de bodas por excelencia es la comprendida entre mayo y septiembre. Muchos restaurantes e iglesias pueden tener fechas reservadas uno e incluso dos años vista. Mi consejo es que tampoco hay que exagerar, con 12 meses de antelación es más que suficiente para empezar a buscar, a no ser que queramos un lugar o una fecha muy específica. Y ¡ojo! porque en viernes y fechas fuera de temporada pueden ofreceros
5. MAÑANA O TARDE: Hay parejas que quieren una boda de día para aprovechar a tope las horas de luz, otras prefieren cena para ir más relajados y aguantar más horas de fiesta. Aquí como en casi todo, depende del gusto del consumidor. No está de más pensar en el tipo de invitados que tenéis. Si la mayoría son parejas con niños o gente mayor, puede que una boda de día sea la opción más acertada.
6. NÚMERO DE INVITADOS: El número de invitados estimado es un factor clave a la hora de elegir el presupuesto y el lugar del banquete. Tened en cuenta que el banquete se llevará más del 50% de vuestro presupuesto. Un ejercicio muy fácil para estimar el gasto de la restauración es multiplicar el número de invitados que creemos que tendremos por el precio medio del menú. (120 invitados x 100€ = 12.000€ sólo en la comida/cena)
7. RESTAURANTE O CATERING: La principal ventaja de un restaurante de bodas es que está preparado para ser usado, tiene cocina, cocineros, camareros, mesas, sillas, mantelería y diferentes espacios incluidos en el precio. En cambio un catering suele ofrecer muchas más opciones a la carta o adaptarse mejor a vuestras necesidades, aunque deberéis contar con el alquiler de la finca, que puede rondar los 1.500-3.000€ de media y otros conceptos que pueden cobrarse a parte.