Tiempo: Te prometes y tienes hasta el día de la boda un largo camino por recorrer. Búsqueda de proveedores, organización, decoración… ¿realmente vas a tener tiempo para organizarlo todo a tu gusto? ¿Qué pasa con tu trabajo, tu vida social, tus clases de claqué o tus fines de semana de casa rural? Puedes hacer eso y mucho más si cuentas con un Wedding Planner. Un organizador de boda te ahorra tiempo, lo que a muchas novias, como a ti, no te sobra precisamente. Podemos daros las búsquedas mascadas, hacer viajes por vosotras, ocuparnos de la decoración que más te guste y mucho más. Así que si te falta tiempo, ya sabes cómo ganarlo.
Dinero: Cuando una ve los precios de un Wedding Planner quiere subirse por las paredes. Te imagino en tu casa diciendo, ¿cómooooo? ¿Pero que hacen? ¿Convierten el agua en oro? No te asustes por los precios. Te garantizo que puede ser el mejor dinero invertido de tu boda. Porque los Wedding Planner saben dónde encontrar los proveedores que más se ajusten a ti y conseguirte buenos descuentos. Inviertes en tiempo pero también en garantía de éxito, en quitarte de preocupaciones y saber que tendrás lo que estabas buscando con mucho menos esfuerzo, implicándote solo en lo que a ti te apetezca.
Ideas: Sabes que quieres algo distinto, pero no te llega la inspiración. Un Wedding Planner también puede suplir esa parte. Déjate llevar por su vena creativa y sorprende a tus invitados con una boda original, divertida y llena de elementos inesperados. La creatividad de una boda es lo que marca la diferencia, y hay muchos Wedding Planners que entienden mucho de eso. Piensa que se pasan la vida trabajando en bodas y saben lo que se lleva y lo que no, así como lo que puede sorprender y hacer de tu boda un éxito.
Fotografía: Momenta Bodas (de un saloncito creado por Presume de Boda)
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