Para nosotras todas y cada una de las bodas que hacemos son especiales, son únicas, mágicas y tienen algo especial. Nos volcamos y ponemos toda nuestra entrega y nuestro corazón, pero esta de la que os vamos a hablar ahora era muy pero que muy especial para nosotras, era la boda de mi niña, la boda de mi hermana Myriam.
Es por eso que para mi este post es muy pero que muy especial, y aunque de todas mis novias hablo con cariño y con mucho amor, tenéis que perdonarme que con esta me deshaga, y es que en esta boda literalmente puse el alma.
Y como no podía ser de otra manera, también las fotografías publicadas son mucho más personales, ya que queremos que veáis lo bien que lo pasamos!!!!!! Podréis ver que en este caso, las fotografías de este post son un mix, ya que tanto la familia de la novia como la del novio se dedican a la fotografía, así que para este post contamos con la combinación perfecta.
Se nos casaba el mico que hace tiempo no levantaba un palmo del suelo, la que será siempre mi niña aunque cumpla 40 años, y es que aunque nos separan 14 años y durante mucho tiempo fue para mi poco más que un “estorbo”, hace un tiempo empezó a ser también mi confidente y ahora ya no puedo vivir sin ella. Por todo eso y mucho más, se merecía una boda de cuento.
Y ademas la casábamos con Lolo, un chico realmente excepcional al que todos adoramos en nuestra familia, en concreto mis hijos, que disfrutan lo que nadie sabe con él. No sabríamos decir quién es más gamberro, si ellos o él….jejejejeje
Hacer la boda de una persona tan cercana a nosotras nos asustaba un poco: ya habíamos tenido la experiencia tanto en boda de Nuria como en la mía de volvernos literalmente locas y no poder disfrutar de nada, pero es que esta vez, lo teníamos todo muy pero que muy claro.
También jugaban a nuestro favor nuestros 5 años de experiencia y las 180 bodas que llevamos a nuestras espaldas, que nos han enseñado a ir rodadas y a tener un control absoluto tanto en decoración como en coordinación, y cómo no, el gran equipo que nos acompaña a cada una de nuestras bodas. Sin ellas no hubiera sido posible que todo saliera sencillamente perfecto y que todo quedara realmente precioso.
Gracias Mara y Raquel por estar ahí y hacer que todo quedara sencillamente perfecto.
Desde que empezamos con el diseño de esta boda fue todo muy sencillo, siempre lo tuvimos todo muy claro, sabíamos qué poner, dónde y cómo.
Teníamos claros los rincones que se pondrían y el diseño de cada uno de ellos.
Empezamos, como siempre, con un rincón de bienvenida en el que instalamos nuestro ya típico rincón de protectores de tacón. Un rincón que siempre agradecen las señoras, sobre todo cuando las zonas de cóctel son de césped. En estos rincones siempre colocamos una silla para comodidad de las señoras y una de nuestras chicas para ayudar a quien lo necesite a buscar su talla o a colocarlo.
En la entrada a la ceremonia colocamos 3 pequeños montajes. Uno que realizamos con cajas antiguas de madera con sombreros para los caballeros y sombrillas para las señoras. Junto a este rincón, una ventana con malla de gallinero donde se pusieron unos pañuelos “sólo para lágrimas de felicidad”.
Y para la salida de la ceremonia se pusieron unas cajas con conos con pétalos de rosa para la salida de los novios.
Una vez en la zona del cóctel pusimos los rincones justos y necesarios. Consideramos que no por haber muchos rincones todo queda mejor, somos fieles al dicho de “menos es más”, y siempre intentamos que la decoración sea acorde al espacio para no recargar.
Empezamos con un seating plan, con el protocolo de las mesas, que hicimos con un panel hecho con palets decorado con helecho donde se colocaron las tarjetas de las mesas, y para acompañar, cajas de madera con hortensias. Un rincón realmente precioso.
Para dejar mensajes con los mejores deseos para los novios creamos un rincón muy especial para el libro de firmas. Nuestra cómoda blanca, decorada con atrezzo y unas fotografías-postales de los novios en las que firmaban los invitados. Postales que luego colgaban en nuestra puerta de pizarra.
Para uno de los rincones con más corazón de la boda, un montaje con fotografías de las bodas de los padres y abuelos de los novios, fotografías que se pusieron en unas carpetas decoradas que colocamos en un árbol, acompañadas de un montaje con baúles antiguos.
Y si había un rincón en la boda que me robó el corazón fue el maravilloso photobooth que pusimos en una explanada de césped en la zona del cóctel. Un montaje con nuestro sillón isabelino, dos sillones más acompañando el montaje, una alfombra y, para dar un toque final, un tippie indio.
Un escenario único para que nuestra Hada Guldris amenizara el cóctel a los invitados, una gran artista que nos ha acompañado durante esta temporada y ha dado siempre un toque de elegancia y distinción a todas nuestras bodas.
Pues más o menos esto fue la boda de “mi niña”, una boda llena de detalles, momentos únicos e irrepetibles y en la que disfrutamos como auténticas enanas!!!!
Así que aquí os dejo con nuestra boda del alma de mi niña del alma, la boda de cuento de Myriam y Lolo.
Fotografía: Miguel Muñoz
Fotografía: Santiago Bargueño
Vestido: Pronovias