La primera vez que los novios se ven el uno al otro es uno de los momentos más emocionantes de una boda. Aún recuerdo que sentí yo los minutos previos. Fue una mezcla de tensión y nervios acompañada de muchísima alegría. Una sensación que soy incapaz de describir y que creo que no voy a olvidar jamás. Sin duda, uno de los momentos mágicos e inolvidables en una boda.
Fuente: Pinterest
En España, los invitados estamos acostumbrados a presenciar ese primer momento en el que se encuentran los novios al inicio de la ceremonia. La tradición dice que el novio no puede ver a la novia antes de casarse porque da mala suerte pero ¿y si esa primera vez que se ven lo hiciesen a solas?
En eso consiste el First Look, traducido literalmente como primera mirada. Es el momento en el que los novios en solitario se ven por primera vez. Ocurre momentos antes de que se lleve a cabo la ceremonia. Los novios se reúnen en un lugar apartado para verse por primera vez, solos, en la intimidad, con la única presencia del fotógrafo que será quien capte sensaciones y emociones como éstas con sus cámara.
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Pero ¿te atreverías a hacer un First look?
Yo no sabría que responder. Es una idea que me gusta pero no me termina de convencer. Imagino que, tal y como descubrí al preparar mi propia boda, soy mucho más tradicional de lo que me imaginaba.
Igual si nuestro primer encuentro hubiese sido en solitario no habría tenido que reprimir mis ganas de llorar al ver al novio, los dos hubiéramos reído a carcajadas con el piropazo que me dijo al saludarnos, nos hubiésemos susurrado al oído lo que sentimos el uno por el otro o, simplemente, nos hubiésemos dado un beso de película nada más vernos. Quizá hubiésemos sido 100% nosotros mismos o... ¡no!
La verdad es que si hubiésemos hecho un First Look, bajo mi punto de vista, hubiésemos sido un poquito egoístas. Hubiésemos privado de ese momento a personas muy importantes en nuestra vida: a mi padre que, orgulloso, era incapaz de soltarme la mano mientras el novio le susurraba al oído: "suéltala, que ya es mía", a mi madre que muy nerviosa se secaba disimuladamente las lágrimas, a mi cuñado que se colocaba las gafas de sol para que nadie pudiese verlo emocionado, a nuestros amigos que nos regalaban piropos y sonrisas, a nuestros familiares que miraban atentamente como el novio se tiraba de los puños mientras la novia caminaba lentamente hacia el altar.
Sé que siempre os digo lo mismo pero no toméis nunca una decisión tan importante pensando en lo que ahora es tendencia. Pensadla y meditadla bien porque luego ya no habrá marcha atrás.
Y, decidáis lo que decidáis, no olvidéis que la magia del primer encuentro existe siempre, lo hagáis en solitario o acompañado de vuestros invitados.
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