¿Cuántas veces hemos escuchado lo estresada que estaba una pareja meses previos a su boda, o lo que es peor, cuántas veces hemos escuchado la típica frase: "no recuerdo nada, todo pasó tan rápido que ni he disfrutado, ni he comido,¡ ni he vivido mi boda!". Yo muchas veces, y estoy segura de que ustedes también.
El concepto de Slow Wedding fue acuñado por la revista "Tendencias de Bodas, Magazine & Blog", por el aumento de parejas que buscan, cada vez más, organizar una boda a su propio estilo, una boda que represente su propia identidad, una boda auténtica.
Se trata de romper estereotipos, de ver más allá de las tradicionales opciones para celebrar una boda. Se trata de ser consciente durante todo el proceso, de conectar con nuestro yo interior y su propio sentir, en definitiva, se trata de ser uno mismo ese día, al igual que todos los días.
Foto de Estudi de Llum
Una Slow Wedding es una boda que se organiza sin estrés, paso a paso, pensando en lo que realmente le gusta a la pareja y no en lo que se "debería hacer".
Se organiza priorizando al corazón y no a la ostentación. Se disfruta, de principio a fin, se vive en el presente, y se recuerda para toda la vida. No hay prisas ni nervios desmedidos, solo la emoción que este tipo de eventos despierta, porque eso sí, se tratar de vivirla al máximo, y la emoción e ilusión son parte intrínseca de un enlace.
Las Slow Weddings se saltan protocolos, se celebran en sitios poco tradicionales, se diseñan de forma sencilla. Los invitados no tienen que cumplir con un “dress conde” ya se valora más la comodidad que la formalidad.
Por lo general se celebran al aire libre, en el campo, en una finca, en un viñedo, en la playa...en sitios donde la naturaleza es el escenario principal.
La novia busca su propio estilo, y se siente guapa sin renunciar a la comodidad. Prioriza el poder moverse libremente, bailar, reír y comer, sin necesidad de sentirse apretada de pies a cabeza. Maravilloso, ¿no? :)
Foto de Estudi de Llum
En definitiva, en una "Slow Wedding" se piensa más en disfrutar, que en contentar, en la calidad que en el cantidad. Se piensa en estar rodeados de las personas a las que queremos, en celebrar el amor y en hacerlo como más nos guste, más allá de las tendencias y los estereotipos.
No existe una fórmula, ni se sigue en estilo de decoración. Una Slow Wedding puede ser un día en el campo, un fin de semana entero en una casa rural, un picnic...lo que importa realmente es que refleje la esencia de la pareja y que, sobre todo, se disfrute mucho y se viva de forma consciente
Foto de Estudi de Llum
Muchas parejas ya lo han hecho intuitivamente, han organizado su propia boda de una forma muy personal, siendo conscientes de la importancia de estar presentes en todo momento, ya que es un acontecimiento muy importante en nuestra vida, que nunca más volverá a repetirse, y que merecemos disfrutarlo y recordarlo con felicidad para siempre.
¿Estás organizando tu boda con el corazón de verdad, estás pensando en lo que realmente te gustaría hacer y no en lo que se hace en todas las bodas? ¿Quieres relajarte y vivir el aquí y ahora durante todo el proceso? ¡Entonces tu filosofía está alineada con las Slow Weddings!
Sigue adelante con tu idea, ponte el vestido que más te guste, ¿no es blanco?, ¡que más da! Ponte los zapatos que más cómodos sientas, busca el sitio que más los represente a vosotros como pareja, ¡todo es posible!.
Y si necesitas ayuda no dejes de contactar a una Wedding Planner, que una de las cosas básicas en una boda ess saber delegar, ¡para poder disfrutar! :)
Un abrazo y nos vemos el jueves que viene :)
Valeria