En nuestra primer entrada sobre Tips Psi para Novias, abordamos el tema de la crisis económica y dimos algunos consejos sobre cómo afrontar este inconveniente si se presenta durante los preparativos de nuestro casamiento.
Hoy vamos a hablar un poco de la psiquis femenina y las fantasías que suelen esconderse tras el traje de novia, y el "...Y vivieron felices para siempre".
Desde muy chicas hemos tenido contacto con cuentos de hadas y princesas. Nos contaron una y otra vez historias donde la heroína siempre, indefectiblemente, era rescatada y adorada por el príncipe. Príncipe que generalmente, es el único varón del cuento...
Nuestra mente no tardó en crear una enorme simbología al respecto, y las fantasías echaron a volar.
Durante el transcurso de la vida, si bien no todas las mujeres elegimos el mismo camino, son pocas aquellas que nunca soñaron con algún romance de princesa.
Todos esos sueños y fantasías, que fueron haciendo su nido a largo de nuestra infancia, tienen su oportunidad de hacerse reales, precisamente el día de nuestra boda.
Es así como elegimos un vestido largo que jamás volveremos a usar, cuidaremos cada detalle de la decoración para que todo brille, nuestros invitados aplaudirán la entrada triunfal del brazo de nuestro amado, nos sentaremos en la cabecera de la mesa y nos atenderán... como a reinas.
Nuestro sueño más temprano, se vuelve por un instante realidad, y la palabra perfección cobra un estatuto hasta entonces desconocido.
Todo esto no es sin costo. Y no hablo de costo monetario, sino del gasto extra que se desprende de aquellas situaciones donde hay tanta fantasía puesta en juego.
¿Qué sucede cuando las cosas no salen tal y como las planeamos?, ¿Qué nos pasa internamente cuando la realidad no encaja a la perfección con nuestra fantasía?
La etapa previa al casamiento hace salir a la luz, nuestra mayor creatividad, nuestro costado más sensible, pero también nuestra parte más obsesiva y controladora, nuestros miedos más profundos. Estas emociones negativas pueden echar a perder momentos únicos, que no volverán a repetirse, y por los que hemos esperado largo tiempo.
¿Qué podemos hacer para que la planificación de nuestro matrimonio no se convierta en un infierno?
Lo más importante es encontrar el equilibrio entre nuestras posibilidades reales y aquella fantasía ancestral. Y lo mejor es que tenemos la solución más cerca de lo que parece: Ellos... Si, ellos, que no tuvieron la doctrina de las princesas y los finales felices. Ellos, que no fueron educados bajo el mandato de la perfección y suelen tener la cabeza más fría que nosotras, pueden ser de mucha ayuda en nuestros ataques obsesivos de querer controlarlo todo.
- Reconocé cuáles son tus fantasías y sentimientos más profundos respecto a lo que se espera de una novia, y aunque nunca se lo hayas confesado a nadie, buscá un momento íntimo para hablar de ésto con él.
- Preguntale a él, cómo manejaría esa situación que sentís que se te está yendo de las manos, aunque pienses que tal decisión sólo le corresponde a la mujer y que él no sería capaz de hacerlo mejor que vos.
- Pedile ayuda cada vez que lo necesites, él puede darte mucha confianza, y esto reafirmará muchos pensamientos positivos, que abrirán una nueva manera de comunicarse entre ambos.
- Tomate un tiempo a la semana para estar con él sin hablar del casamiento. Aunque sea difícil, podés verlo como un desafío y utilizar ese tiempo para darte el permiso de jugar, en lugar de preocuparte. Será un gran desahogo para ambos.
- Cuando estés sola y los pensamientos te abrumen, respirá profundo y aceptá que ya no estás sola, y que las mejores decisiones de ahora en más, se tomarán de a dos.
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