En el post de hoy vamos a tratar de comentaros tanto las ventajas como los inconvenientes…¡y luego ya decidís!
Para empezar, el cóctel es un momento de interacción, tanto de los novios con los invitados como de los invitados entre sí, por lo que parece una forma mejor y más divertida de socializar que si estamos confinados a una mesa durante el tiempo de la cena con un número limitado de personas.
Esto nos lleva de la mano a eliminar de un plumazo uno de los quebraderos de cabeza de los novios que es….organizar las mesas.
Suele ser una buena alternativa cuando existen problemillas familiares, como padres divorciados con mala relación, ya que así no hay que pasar por el mal trago de sentarlos juntos en la mesa ni de dejar a nadie de lado.
Además parece que es tendencia, por lo que si quieres imponer un toque de modernidad a tu celebración es una opción estupenda.
Lejos de lo que puede pensarse, un buen menú tipo cóctel, lejos de ser más económico que un menú tradicional, es más caro.
El lugar elegido, desde luego, debe reunir unas características adecuadas para que este tipo de celebración sea un éxito como disponer de un espacio amplio en el que los invitados y los camareros no se entorpezcan, así como de lugares asignados para poder dejar vasos, platos o incluso descansar unos minutos. Es un error pensar que en una boda tipo cóctel la gente va a estar en pie todo el tiempo que dure la cena. Es importante disponer sillas o sillones para que nuestros invitados se puedan relajar.
Lejos de ser escasos, hay que elegir bien el cátering que sirva el cóctel para que sea variado, innovador y lo suficientemente abundante para que todos los invitados coman bien. Una solución para asegurarnos de que ningún invitado se queda con hambre es reforzar el cóctel con algún corner o introducir un plato principal, más abundante, para quedarnos tranquilos sabiendo que todo el mundo ha comido suficiente.
Esto nos lleva, de nuevo, a evitar a los novios las algunas veces temibles pruebas de menú con los familiares y las peleas consecuentes para elegir los platos. Además, nos permite degustar muchos más platos que en una cena o comida sentada, por lo que se reducen las posibilidades de que a alguien no le guste la comida, ya que habrá una mayor variedad.
Lo que si deberíamos tener en cuenta es que este tipo de celebración es más recomendable para bodas que no sean muy numerosas, ya que de otra manera la logística se complica y los camareros pueden no tener un control total de las personas y lo que comen haciendo que para alguien el menú sea escaso. Igualmente importante en estos casos es contar con un número adecuado de camareros, que puede parecer lógico pero a veces no se tiene en cuenta. Que sean profesionales de primera, para que hagan los barridos oportunos y no queden áreas sin cubrir.
Deberíamos comentarlo en el momento de elaborar las invitaciones, para que los invitados sepan que van a tener que estar bastante tiempo de pie.
Sobre todo, para asegurar el éxito de tu evento, rodéate de profesionales que te den la tranquilidad necesaria para que el gran día sólo tengas que disfrutar.
¿Te gusta este formato de boda? ¡Te esperamos para ayudarte a hacerlo realidad!
Fotos vía Ruffled, Bloglovin, Style me Pretty y Pinterest.