Este pasado fin de semana, mantuvimos una conversación que nos hizo pensar en la cantidad de opiniones que se vuelcan sobre las bodas y los novios en el momento de la organización. Nos comentaba una persona muy cercana, que parece que algunas personas se toman las bodas como una cruzada de ostentación, dispendio, superficialidad y competitividad… La verdad, nosotros no podemos estar más en desacuerdo y os vamos a contar por qué.
En primer lugar, hablando de los vestidos de novia, últimamente venimos observando un incremento en el número de firmas low cost que se lanzan a la conquista del mercado nupcial, con uno o varios modelos a precios reducidos.
Quien no ha oído en su vida eso de…”total, para unas horas”…o eso de: “pues a pesar de lo que cuesta no es para tanto… ¿merece la pena gastar ese dineral?”
Hombre, no me malinterpretéis, me parece perfecto que haya opciones para todos los gustos y bolsillos, de hecho se pueden encontrar incluso vestidos de segunda mano espectaculares o, por el contrario, vestidos nada baratos ordinarios y sin estilo alguno.
Entonces… ¿dónde está el problema?
Pues llamadme rara, pero la idea de buscar mi vestido de novia entre las perchas de estas grandes firmas de ropa (cuyo nombre no voy a escribir) en las que me visto para ir un día cualquiera a un sitio cualesquiera….no es la idea que creo que la mayoría de novias tiene para ese momento mágico y soñado, lleno de emoción, que es la búsqueda de su vestido de novia.
Tal cual yo lo entiendo, estos vestidos de novia de las firmas low cost, tienen un coste de producción bajo que, a pesar de sus diseños más o menos sencillos, o más o menos estilosos, no pueden estar confeccionados o diseñados igual que un vestido hecho a medida o de una calidad superior, lo mires por donde lo mires.
Con esto no quiero decir que tengamos que gastar una fortuna en el vestido de novia, tampoco es eso, pero si apostar por la calidad y el diseño.
En nuestro periplo hemos encontrado novias con una personalidad arrolladora que están más que decididas a optar por estas firmas low cost para su gran día y, de corazón, aplaudimos la iniciativa, pero todo depende de aquellos aspectos de nuestra boda en los que volquemos una mayor importancia.
¿Qué quiero decir con esto? que, querida novia, es tu gran día. Lo que importa es lo que te haga sentir feliz.
Obviamente el momento de la elección de tu vestido de novia no será igual en el probador de una tienda X de un centro comercial Y, que en una tienda especializada rodeada de personas de confianza y personal cualificado, por lo que no debes sentirte culpable por gastar un dinero extra en un vestido de novia que te haga sentir y vivir un momento mágico, siempre que sea lo que tú quieras.
¿Y ante ese tipo de comentarios sobre los precios de tu vestido? Pues, simplemente, piensa que el personal que diseña y confecciona tu vestido es personal especializado que, de manera muchas veces artesanal, está realizando un trabajo hermoso que vestirás el día más feliz de tu vida, y eso, no tiene precio.
Con el resto de aspectos de la boda pasa como con el vestido. Si bien es cierto que internet ha hecho estragos en la imaginación de muchas novias que quieren bodas irreales y se llegan a obsesionar con todo lo que quieren hacer o incluir en su gran día, hemos de decir que cada uno no puede sino obtener aquello por lo que paga, y que las cosas cuestan por algo.
Esas maravillosas tartas llenas de colores y formas espectaculares…pues no se hacen solas. Las toneladas de flores y velas necesarias para llevar a cabo las decoraciones que guardáis en vuestros tableros de Pinterest…..tienen un elevado coste, además de horas de diseño y montaje. Ese grupo de música tocando en vivo durante vuestra ceremonia…no vive del aire..etc, etc.
En definitiva, para gustos los colores.
Queridas novias, si vuestro sueño es una gran boda digna de un editorial y, por supuesto, podéis afrontar ese coste, ¿por qué no hacerlo? Vais a vivir un día mágico e irrepetible en el que lo importante es que, con mayor o menor inversión, el resultado sea, siendo realistas, claro, el que vosotros hayáis soñado.
No te sientas culpable por el gasto que vaya a suponer tu boda porque, al fin y al cabo, es una celebración maravillosa y quieres hacerla única así que, dentro de lo que puedas permitirte, sueña y abraza el gasto con la conciencia bien tranquila y la cabeza bien alta, sabiendo que lo que estás haciendo no es un gasto sino una inversión en un día que bien lo merece, el día de tu boda.
¿Quieres contarnos tu experiencia o hacernos alguna consulta? Pues te esperamos en: info@hapmaker.es
Fotos vía Pinterest, El Comidista y Huffington Post.