A todos nos ha pasado alguna vez, que olemos alguna colonia, perfume, ambientador o aceite esencial y nos acordamos de un momento o experiencia en la que ese aroma estuvo presente. Yo, por ejemplo, tengo una colonia, que conservo como oro en paño, porque es la que llevé en nuestro viaje a Egipto. Estuve un tiempo después sin usarla y ahora, cada vez que la huelo, mi mente se traslada directamente al Nilo, y como no quiero que esa sensación termine nunca, guardo esa colonia con muchísimo cariño y solo la uso en momentos melancólicos.
Pues imaginad que podéis hacer eso mismo con vuestra boda. La idea: hacer que vuestros invitados, una vez pasada la boda, huelan ese aroma y se traslade en tiempo y espacio a vuestro gran día, eso si que sería un recuerdo para toda la vida ¿verdad?
¿Y como podemos conseguirlo?
Principalmente con mensajes subliminales a nuestros invitados.
Elegid un aroma que os guste o que signifique algo para vosotros, ya sea un perfume, una colonia o un aceite esencial.
Cada detalle de vuestra boda desde el principio, deberá llevar esta fragancia impregnada, por ejemplo, mancha con unas gotitas cada invitación, ese será el primer recuerdo que vuestros invitados guardarán.
Si vais a tener damas de honor o “Damos de honor” y les vais a dar algún detalle antes de la boda, sigue el mismo ritual y añade unas gotitas de esa frangancia.
Otra idea, es impregnar en este aroma, el arroz o confeti que los invitados os lanzarán al salir de la ceremonia, así el olor quedará en sus manos desde el comienzo de vuestro gran día.
Lo mejor es elegir algún aceite esencial o velas aromáticas, así, el día de la boda, podéis tener el salón ambientado con este aroma, colocando varios quemadores por todo el salón o colocando en el centro de mesa estas velas encendidas.
De esta forma, cuando los invitados pasen al salón para tomar la cena o el almuerzo, todo olerá, y no quedará ningún invitado que no haya sido expuesto a este olor.
Llegados a este punto, la mayoría de los invitados seguramente, cuando en un futuro huelan esa fragancia, les resultará familiar y recordarán que fue en vuestra boda donde la olieron.
El punto final para conseguir este recuerdo de por vida, es el detalle de los invitados. Aquí no hay misterio, el regalo esta claro, un pequeño frasco o una vela aromática con la fragancia de vuestra boda.
Hay personas, que como yo, no soportamos los olores fueres, por ello, mi consejo es que para no llegar a ser molesto para determinados invitados, lo mejor es que elijáis una fragancia fresca y no demasiado fuerte, ya que sino, podéis tener el efecto contrario a lo que buscáis con estos invitados.
Si además queréis un aroma elaborado especialmente para vuestro gran día, hay empresas que se dedican a elaborar esencias personalizadas en función de los gustos o forma de ser de cada persona, puede ser una idea aun más identificadora de vosotros.
¿Que os parece esta idea? ¿Os atrevéis a manipular las mentes de vuestros invitados para que nunca olviden vuestro gran día?
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