Normalmente en la India, los matrimonios son para toda la vida. El índice de divorcios es muy bajo, por lo que este día es el más importante en la vida de los hindúes. La ceremonia nupcial es el fin de días enteros de celebraciones. Tiene una duración aproximada de dos horas y comienza cuando el novio acompañado de su familia se dirige hacia la casa de la novia (este cortejo se llama bharat) donde un sacerdote realiza la consagración religiosa.
Son las 15:00 horas y Sunil vestido con un pantalón parecido a un legging (churidar), una chaqueta larga en algodón con bordados, un turbante (safa) y un broche sobre el turbante (kalgi) dedica unas oraciones a los familiares ausentes junto a sus padres y tras esto, pone rumbo a la casa de la novia.
Vini, por su parte, ayudada por las mujeres de su familia, comienza a vestirse, maquillarse y peinarse. El vestido elegido para el día de hoy es un sari rojo con bordados en hilo de oro, el color tradicional para la ceremonia, porque este color simboliza fertilidad y prosperidad. El collar que luce, es un regalo de bodas muy especial ya que significa que la novia ahora está casada.
Mientras esto sucede, el equipo vamos supervisando el montaje y la decoración de los dos salones del Hotel Santa Catalinaespecialmente reservados para este día y que habíamos montado el día anterior. He de decir que fue una tarea especialmente difícil ya que debíamos colocar las sillas sobre la moqueta del escenario sin pisarla. Como marca la tradicción, desde ese día, el escenario se convierte en un espacio sagrado por lo que nadie puede poner sus zapatos sobre él.
Al mismo tiempo, en la casa de la novia, la pareja es atada por el sacerdote. Durante una oración o puya llamada Barni Bandhwana ofrecida al dios Ganesh, el sacerdote ata un hilo (mauli) alrededor de las manos de los novios para que la boda se desarrolle sin ningún percance. También ata la cola del sari de la novia a la estola del novio. No podrán desatarse hasta el final de la ceremonia. Por si fuera poco, la pareja también se ofrece mutuamente una guirnalda de flores llamada Mangalsutra que es el equivalente a nuestras alianzas.
Tras una llamada del padre de la novia indicando que la consagración ha terminado y van camino del hotel, ordenamos la llegada de los invitados en la entrada para que pudiera entrar la calesa de caballos en la que venían los novios.
Cuando todos los invitados hicieron su entrada en el Salón García Escámez, los novios, sus padres y los familiares más cercanos se sentaron junto al sacerdote, sobre el escenario. Bien, la ceremonia gira en torno al Brahman que tiene el propósito de enseñar a la pareja lecciones sobre su futura vida en común. Primero se hace una ofrenda al fuego que indica el vínculo de unión de los novios y se leen textos sagrados para invocar las bendiciones de unión de la pareja. Los novios se prometen estar juntos en los buenos y malos momentos, dedicación mutua, amarse eternamente y honrarse el uno al otro.
Una vez finalizada la ceremonia, todos los invitados se suben al escenario para entregar sus regalos y presentar sus respetos a la pareja. Tras esto, los novios se dirigieron a la suite nupcial para cambiarse de vestuario.
Dos horas más tarde, los novios volvieron a hacer su entrada, esta vez en el Salón Palmeras, ella luciendo un espectacular vestido dorado y él, un elegante smoking cubriendo sus rostros por unas máscaras diseñadas por Manu de Urban Flor. La temática de la noche es un baile de máscaras veneciano por lo que cada invitado recibe una que debe ponerse para el momento del baile.
El momento más emotivo de la noche, llegaba con el agradecimiento de los novios a sus invitados, en especial las palabras de despedida de Vini hacia sus padres. Tras la Luna de Miel la pareja no sólo traslada su residencia a Brasil sino que, como nos explicaba su madre, cuando una hija se casa, deja de pertenecer a su familia para formar parte de la de su marido. No es que sus padres la pierdan para siempre pero en cierta medida deben contar con el consentimiento de su nueva familia para según que cosas.
Y así acaban cuatro días de intenso y duro trabajo. Una experiencia única e inolvidable a la que le estoy inmensamente agradecida a Jennifer Betancor, diseñadora de bodas por dejarme formar parte de su equipo y a los novios quienes me permitieron ser testigo directo del día más importante de sus vidas.