Durante este tiempo, os he contado mi experiencia en la organización de la boda hindú de S&V junto a Jennifer Betancor, diseñadora de bodas. Ya sabéis eso que dicen de no hay dos sin tres, así que en el post de hoy, os cuento el tercer día de la boda de S&V. ¡Comenzamos! Para los hindúes, todas las ocasiones importantes de la vida deben compartirse con los dioses a través de las Puyas (oraciones). Aquel día empezaba en la casa de la novia, donde la familia más próxima, se reunía en torno al Cullari (cura) para rezar por los futuros novios.
Una de las prácticas más antiguas consiste en marcarse la frente con un punto rojo o bindicomo forma de bendición y símbolo de protección que se aplica en el espacio entre las cejas, considerado el lugar donde se centra el conocimiento.
En una nueva localización, el Hotel Santa Catalina la familia del novio hacía lo mismo.
Seguramente algunos de vosotros os estéis preguntando por qué hay una esvástica nazi dibujada con arroz encima de la mesa. Pues ya os adelanto que no tiene nada que ver con la Alemania de Hitler. Este símbolo existe en la India desde hace más de 5.000 años y es uno de los símbolos de la paz más sagrados de la religión.
Después de los tradicionales rezos en su casa, Vini se trasladaba con un nuevo atuendo, al Hotel Santa Catalina junto a su familia para terminar allí las oraciones en un salón frente al que se encontraba Sunil.
Tras esto, los novios homenajearon a sus madres en señal de respeto y orgullo.
Muy pronto, el último post... la ceremonia final. ¡No os la perdáis!