Una boda es el acto público más romántico posible, ya que consiste en propagar a los cuatro vientos el amor que sientes hacia la otra persona. Por ello, es habitual que las novias opten por detalles aún más dulces y que doten de un extra de magia al conjunto, como pueden ser la elección de unos vestidos rosa palo, el color de la feminidad por excelencia.
El gusto por lo clásico
Pronovias apuesta por un tono tan claro que casi se torna en blanco, acompañado de escote palabra de honor, juegos de volúmenes en la falda y la superposición de capas o volantes, que convierten a su portadora en toda una princesa digna de los tradicionales cuentos de hadas con un maravilloso vestido rosa.
No obstante, la firma no abandona el corte sirena, a base de detalles en relieve que visten a la novia como una auténtica flor. La inspiración helénica está acompañada de plisados y tejidos con mucho movimiento, que permiten a la novia sentirse cómoda durante el día más importante de su vida con este maravilloso vestido rosa.
Tonos pastel
La gran tendencia de tonos pastel se ha incluido en las pasarelas nupciales, en la que hemos podido apreciar diseños en un rosa realmente discreto y envuelto en un halo de inocencia. Tal es el caso de Rosa Clará, cuya apuesta por este tono ha sido apreciada en creaciones de raso que marcan sutilmente las curvas de la mujer, así como diseños que evocaban a los cortes de los años 50.
Isabel Zapardiez también escogió esta tonalidad para algunos de los modelos que mostró en la pasada Pasarela Cibeles. Allí pudimos apreciar sus obras con bajo desigual, plumas, encajes, cierta inspiración oriental y la mezcla de este color con el clásico blanco.
Agradecimientos: Pronovias, Vogue, Brides, Wedding shoppe Inc.