Por eso, hoy vamos a centrarnos en el maquillaje de novia, que deberá ser siempre muy sutil, basado tonos pastel e, incluso, irisados, para lograr este efecto.
Para tener un maquillaje de novia característico, podemos optar por los tonos rosas y amelocotonados y centrar toda la luz en el lagrimal con un tono dorador metalizado.
Otra opción es inspirarnos en la fabulosa Audrey Hepburn y reducir nuestro maquillaje a un rostro impecable y una gran línea negra en el párpado superior.
Un rostro minimalista con rímel y labios rosados o coral, como únicos acompañantes, también puede resultar de lo más evocador.
Si queremos alargar los rasgos y dar un toque clásico a nuestro rostro, podemos emplear una mezcla de naranjas y marrones.
Fotos: Vogue
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