Ha pasado un año y cumplimos uno más. Cumplimos 2 años. ¡¡2!! Y miramos atrás y sonreímos mucho pensando en la cantidad de sonrisas y carcajadas que hemos soltado al mundo este último año y tenemos la sensación de que no nos hemos dejado ninguna en el bolsillo y sin embargo, aún los tenemos llenos para seguir arrojando sonrisas al mundo.
Hemos crecido mucho durante este año, hemos pegado un buen estirón (aunque algo nos dice que aún no el definitivo) y lo hemos hecho como nos gusta, muy bien acompañados porque, seamos sinceros, crecer solos no tiene ningún sentido.
Durante este año ha habido bloggers que han pasado a ser amigas, ratos y ratazos de wasap compartiendo los buenos y malos momentos. Grupos de wasap que nacen, viven y mueren porque al final, el ciclo de la vida existe en todas partes, y que nos han dejado cosas buenas.
Ha sido un año recorrido a saltos en Asturias, Sevilla, Extremadura, Salamanca, Portugal y Galicia con un montón de desvirtualizaciones que llegan a tu vida para quedarse.
En estos 365 días he arrojado sobre esta pantalla una montaña enorme de palabras, no sé cuántos post he escrito pero si sé que ha sido el año de intentar establecer una rutina de publicaciones y no conseguirlo y es que la vida está ahí fuera y es la que nos marca al tiempo y a veces, seguir su baile no es nada sencillo. Han pasado muchas cosas durante este año. Tantas que en este momento me acuerdo de mis diarios de adolescente y me gustaría haber escrito uno este año y es que quizás, hay algún momento que se haya quedado al fondo de mis recuerdos, en ese hueco donde quizás llegué a perderse y pienso aquello de “si tuviera un diario con un candado en forma de corazón y hojas con olor seguro que lo hubiera apuntado y lo recordaría siempre”. A falta de diario, tengo un montón de postit con cosas “importantes”, varias carpetas de fotos desornadas, un montón de correos sin ordenar y un buen puñado de sobres y cartas tiradas por encima de la mesa de no hacer nada.
Ha sido el año de las desvirtualizaciones pero también el de volver (o seguir porque realmente nunca dejé de hacerlo) a escribir y recibir cartas de puño y letra, de llenar mi buzón de cosas más bonitas que las facturas de cada mes o los rasca del Yves Rocher (cuánto tiempo tiene que pasar sin comprar para que te los dejen de mandar?son de por vida?podemos huir de ellos?) y de carteras que te pican y te dicen “baja anda, que esto no cabe en tu buzón”. El año de correr escaleras abajo y de los nervios en el estómago cuando tu marido te manda una foto con un “te ha llegado esto” y a ti todavía te quedan ocho horas para volver a casa.
Un año lleno de cosas pequeñas y grandes…
Grande como aquel paquete que me envió Nuria de Sí, te requetequiero y que me hizo alucinar en colores porque aquello era el mejor regalo de amigo invisible de todos los tiempos y de todo el mundo y que terminó conmigo histérica pegando gritos por toda la casa como una niña la mañana de Reyes y con mi marido flipando del mimo y el detalle con que aquel regalo estaba elegido, pequeño como aquel sobre de Inma de Mi Boda Diy que contenía una de las postales de cumpleaños más guapa y currada que me han regalado o como aquellas galletas que nos endulzaron San Valentín a unas cuantas…
Grande como las carcajadas y los buenos momentos que nos echamos en Novias con Morriña y pequeños detalles como ese sobre cargado de Kojack llegado de la mano de Andrea de Mis Bodas de Cine y que me han acompañado en una semana de esas insufribles poniéndoles el toque dulce. Un año grande, muy grande, como los consejos que me dio Sonia de Mi Boda Gratis y por los que nunca le daré suficientemente veces las gracias y es que aunque ella quizás no lo sepa, aquella charla en el Barceló Cervantes después del Curso de Wedding Planner de Vintage Eventos se ha convertido en una de esas charlas sobre las que reflexionas y extraes cosas muy, muy buenas ¡Gracias de nuevo!
Un año lleno de esos cargados de cosas especiales y de sorpresas que te llegan mucho. Ha sido el año de chuparnos los dedos con esas cerezas recién cogidas en El Jerte y que llegaron a mi casa gracias a Jenn de Bodeando que es Gerundio y a la que desvirtualizaré más pronto que tarde (prometido!) en mi próximo viaje al Sur, de ser una princesa moderna y molona con mi corona de flores de La Morada de Noa.
Han sido 12 meses en los que he seguido viendo de cerca el trabajo y las bodas llenas de amor y de cosas bonitas de Vintage Wedding Planners, de ese grupo de alumnas majérrimas, de su Wedding Center. El año de conocer y desvirtualizar a Mara de Ido. Me Too y morir de amor del bueno por su trabajo y saber, que es quizás más importante, que ella ha llegado a tu vida para quedarse porque no quieres que se vaya nunca más del otro lado del teléfono y que te siga dando esos abrazos cargados de cariño cuando te ve.
Martina ha pasado a ser Marina y Mr.A es ya Alberto y juntos son nuestros amigos de Huelva, otros de esos que no quieres que te dejen nunca aunque uno diga que hablas muy rápido la primera vez que te escucha y la otra te odie un poquito por aquello de tu vicio a Gran Hermano. Pilar ya no es Pilar sin Kike (y sin Rocío!!!) y están en esa lista de visitas obligadas la próxima vez que pongamos un pie en la capital. Mari Carmen se ha colado en mi lista de catalanes favoritos (y en la de mi marido por aquellos bombones la pasada Navidad!) y algún día saldaré mi cuenta pendiente con Alba por no haberla visto en su visita a Asturias, de la próxima no te libras!!! O en Barcelona!! Nati, tu tampoco te libras de esas cervezas compartidas por tu tierra y sí, ya sé que no es Huelva ;).
Twitter ha sido mucho más divertido gracias a Diandra y Pilar entre otras, compartir mi adoración hacía Quim Gutierrez con Jenny ha sido genial y es que tener un día malo y que te lleguen al móvil fotos del Dios hecho persona no está nada mal… Ha sido el año de saber que la próxima vez que baje a Sevilla me tomaré una cerveza con San o que iremos a gritarle ¡guapa! a la Pantoja cuando salga de la cárcel… Lo que ocurra primero.
Ha sido el año de la espinita pendiente al no poder desvirtualizar a Raquel (prometo que de este año no pasa!) y de no haber hablado más con Marina (otra que no se libra en mi visita a la capi!).
Ha sido en este año cuando he cumplido uno de mis sueños tontos y haber sujetado (porque otra cosa no hice!) el flash de apoyo a Toñi Olalla un ratito pequeño, gracias Jose por tus explicaciones!).
Un año en el que compartir ratitos con Celia y Gloria de Per Sempre (geniales!), de ver como Ana va a abrir una tienda mona, monísima de esas en las que me gastaré parte de mi sueldo en cosas que mi marido no entenderá pero que son bonitas, de seguir pisando Corazonadas, de volver a ser (o sentirme) una princesa de época en el Castillo del Buen Amor (gracias Piluca y todo el personal por como nos tratáis siempre!). El año de volver a uno de los escenarios donde empezó todo y es que la vida, es caminar en círculos y siempre mola mucho volver a pasar por aquel lugar en el que has sido feliz aunque sea llevándola la contraria a Sabina un poquito…
Ha sido el año de todo esto y más. Mucho más y seguro que se me olvida algo y alguien pero os aseguro, que no estar aquí no significa que no estáis.
Estáis en todas y cada una de las sonrisas que he soltado este año. Y más importante que haber estado es seguir estando así que vamos a seguir creciendo, a seguir sumando años tan buenos y geniales como estos dos porque, lo dije hace un año y lo vuelvo a decir, lo mejor de esta aventura es recorrerla con gente tan grande como vosotros.
¿Sopláis conmigo?