¡Hola hola!
Este pasado fin de semana tuvo lugar una boda muy especial, Jose y Laura decidieron darse el ¡sí quiero! y no pudieron elegir un entorno más bonito, la sierra de Madrid.
Así que dicho y hecho, después de mucho tiempo organizando y preparando todo con detalle, cargamos la furgo con todos los materiales y ¡carretera y manta! próxima parada: los madriles.
Nada más aparcar y tras una pequeña vuelta disfrutando del paisaje, nos pusimos manos a la obra: descargar, organizar y empezar a preparar todo…
Todo el fin de semana discurrió entre tres pueblecitos cercanos, Torrelaguna, Torremocha de Jarama y Patones,… pequeños sí, pero preciosos ¡Oh la lá! (recomendamos su visita)
Tuvimos mucho ajetreo (más del esperado) porque el tiempo decidió hacer de las suyas, pusimos en marcha tanto el plan A como el B, pero todo quedo en una anécdota (aunque a nuestra querida decoradora casi le da un patatús) y al final la boda salió a pedir de boca… of course.
La ceremonia tuvo lugar en la iglesia de Santa Maria Magdalena de Torrelaguna. El novio estaba perfecto con su sonrisa envidiablemente perfecta (por algo es un reputado odontólogo) derrochaba elegancia y la novia, que decir de la novia, simplemente radiante con un maravilloso vestido de Isabel Nuñez… Llegó recorriendo la plaza en un pequeño Fiat 500, muy apropiado para la ocasión, estaba chulísimo con su guirnalda de flores by O siestro… ¡mirar, mirar!
A la salida les esperaba una sorpresa… los novios no querían arroz, así que decidimos darle un toque diferente pero muy personal, cucuruchos con hojas de olivo que tanto significado tenían para ellos… ¡Vivan los noviosssss!
De allí nos trasladamos a la Finca Casa de Oficios, situada en Torremocha de Jarama donde tendría lugar un delicioso cocktail y posterior la cena by el catering El Laurel. La impresionante decoración floral se encargó a Bucaro.
La finca es espectacular, nos dio muchas alternativas para jugar con la decoración y no os imagináis lo que disfrutamos… Plantas silvestres aromáticas con la lavanda como protagonista, detalles de hojas de olivo, paleta en tonos suaves tonos malvas, lavanda, lilas… y texturas naturales. Un elegante estilo campestre de aires sofisticados ¡Love it!
Como detalle, cada mesa llevaba por nombre una planta silvestre con su correspondiente flor en las servilletas. Esto misma idea, fue llevada al seating plan.
Pensando en los invitados, no faltaron los sombreros y abanicos, puesto que las tardes de julio suelen ser muy calurosas en la sierra de Madrid.
El libro de firmas fue otro de los detalles que encantó a los invitados ¿Por qué? Porque además de dedicarles unas palabras a los novios, los invitados tenían la oportunidad de dejar inmortalizado el momento con una polaroid, y pegar su foto con washi tape. Una idea genial ¿verdad?
Tras la cena y el vals (con momento lágrima incluido) llegaba el ¡momento party! Y como no, la candy bar no podía faltar llena de deliciosas chuches.
Junto a la candy, situamos el photocall, muy en la línea de la deco general de la boda: plantas silvestres, aires campestres, texturas naturales…
Uno de los momentos más emotivos (del cual no pudimos tomar foto, sorry!!) fue la suelta de los globos con iluminación led tras el vals. Ver volar los globos iluminados en la noche cerrada de la sierra madrileña fue simplemente impresionante.
Nos encantaría mostraros más fotos peeeero de momento os dejamos con la miel en los labios. Los chicos de Kiwo hiceron un trabajo genial, fotos por aquí y por allá. Estamos deseando ver el reportaje de la boda… pero no os preocupéis que os lo mostraremos pronto.
Nos vemos en El Balcón. Hasta pronto!!
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