En l’Avellana Mas den Cabré siempre están buscando diferentes maneras de reinventar los espacios de su finca y para ellos los más importante es crear bodas diferentes, suena muy oído esto pero buscamos trabajar con un sello identificativo de cada pareja. ¡Pues claro que sí! ¿Qué es más importante que la individualidad de cada pareja? Escogimos centrarnos en un mundo de colores fuertes porque es lo que les gusta a los novios. Utilizamos fucsias, azules intensos, verdes hierba, naranjas y amarillos muy vivos para que, junto con la influencia de los Red Hot Chili Peppers, pudiéramos crear la boda viva y de aire inusual que ellos querían.
Preparamos un rincón de bienvenida hecho con una antigua portería de fútbol, que es el deporte favorito de Isma, en la que colocamos mensajes personalizados para los invitados. Y como en este contexto tan alegre el guestbook también tenía que ser a todo color colocaron tarjetas diseñadas siguiendo el estilo de la boda en grandes ramas de diferentes colores. Para el sitting también nos inspiramos en la línea de colores fuertes y en los juguetes de hojalata que estuvieron presentes durante toda la boda y que también escogimos como detalles. Además, también prepararon una mesa de postres y dejaron que los novios los sirvieran siguiendo una de las tendencias más recientes. Para no saturar con tanto colorido dejaron que la mesa fuera un espacio en tonos blancos que decoraron con sillas en tonos pastel, vasos de colores, ornamentos de papel en la estancia…
Lo que Sara e Isma deseaban era una boda desenfadada, informal y alegre que representara sus personalidades y que permitiera que todos los invitados disfrutaran del día tanto como ellos pero, como te decía al principio, la boda tuvo un elemento sorpresa, la lluvia, y llamadme mala pero a mí me encanta. Sin duda el tiempo influye en la organización y en esta boda al aire libre se esperaba un sol radiante que se convirtió en unos nubarrones negros que avisaban de que venía tormenta. Pero donde la mayoría ve un infortunio yo veo un regalo y es que ¿qué hay mejor que un cielo gris para destacar esa alegría y esos colores vivos en los que se inspiraba la boda? Los organizadores tuvieron que echar mano de los paraguas que guardaban por si acaso y es aquí donde se siente el amor de verdad. ¿Te has fijado en esa foto de los novios sujetando un paraguas bajo la lluvia? Ese instante capturado en una fotografía demuestra mucho más que lo que yo pueda expresar con palabras. Ni siquiera el mal tiempo pudo echar a perder la alegría de esta pareja tan enamorada que, junto a todos sus invitados, hicieron una gran piña y festejaron como locos esta preciosa boda pasada por agua.
Decoración y finca L’Avellana Más den Cabré | Fotografía Raquel Benito | Repostería y catering Calblay | Ramo y prendido El Jardín Botánico de Reus | Vestido Rosa Clará
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