Pero la verdad es que nunca me había afectado eso de ser treintañera y soltera, hasta que trabajando a bordo tuvimos una temporada en la que la mayoría de los pasajeros eran de Sudamérica. Recuerdo una de mis fabulosas noches presidiendo una mesa, con tanto hispanohablante a bordo no tenía escapatoria y de nuevo, sometida al ya famoso tercer grado.
- Cuantos años tienes?
- (Mal empezamos, estaba en plena crisis pre 30) 29 años
- Estás casada?
- uyyy, no no…!!!
- Prometida?
- No, tampoco.
- Pero tienes novio, no?
- No, esta vida es un poco complicada para tener novio.
Y entonces fue cuando llegó la frase de la noche. Como si yo no estuviera allí soltó: la pobre!!! Creo que si en ese momento me hubieran clavado un tenedor en el ojo me hubiera dolido menos.
Allí estaba yo, en una mesa rodeada de parejas que me miraban con pena por estar soltera y dudaban de las posibilidades de casarme ¨a mi edad¨. Ese día me enfadé, me enfadé mucho. Aquellas mujeres eran sólo señoras de, mujeres que se sentían alguien por tener un hombre al lado. Cómo podían ofenderme sus palabras? Yo no quería ser una de ellas. Cómo explicarles que la vida tenía mucho que ofrecerme antes de decidir casarme o tener hijos?
Por suerte para nuestra generación los tiempos de nuestras madres han cambiado, probablemente aprendiendo de sus propios errores, son ellas mismas las que nos motivan a estudiar, a buscar un buen trabajo para así no tener que depender de nadie, para ser libres y poder tomar nuestras propias decisiones. Aún recuerdo a mi abuela decir que en sus tiempos se necesitaba la autorización del marido hasta para comprar una lavadora. Con los días comprendí que aquello era simplemente un choque cultural, aquellas mujeres seguían viviendo en la España de los sesenta. No podía seguir enfadada, al fin y al cabo yo sentía por ellas la misma lástima que ellas por mi.
Y ya de nuevo feliz con mi estado de treintañera soltera, se me acerca al final del crucero una señora encantadora, realmente encantadora no estoy siendo irónica. Muy amable ella, me dio una notita con sus datos de contacto por si en algún momento estaba por su ciudad que la contactara. Pero lo mejor vino al darle la vuelta a la nota….
P.D. Espero que Dios te mande un buen marido pronto!!!
Solteras treintañeras, quiero oir vuestras historias!