Y es que esto es posible. Una lleva años diciendo que no le gusta Tous, que no termina de verle la gracia al osito y que no son unas joyas que le llamen la atención y de repente, en dos minutos, le juraría amor eterno a esa chica mona que está detrás del mostrador. Empecemos por el principio.
En el verano del 2012 yo tenía vestido y zapatos de novia pero ni idea de que joyas llevaría. Tenía decidido que serían el único complemento que llevaría. No velo, no bolero, sí joyas. Se me había metido entre ceja y ceja que quería llevar un brazalete. Brazalete, brazalete nada de pulsera. Yo quería un brazalete y los joyeros parecía que no lo veían en una novia. Siempre he sido fan de Swarosky por lo que durante tardes me estudié su página web buscando mis joyas ideales. Y encontré unos pendientes que me gustaban pero hasta ahí, no de esos que te enamoran. Y si a eso le sumas que pasas de la compra online y que en la tienda oficial de tu zona no los tienen para verlos en vivo y directo.. .Bye, bye pendientes!!
Y era Agosto y yo no había encontrado nada. Y me casaba un 8 de Septiembre. Iba a las joyerías, explicaba que buscaba unas joyas para el día de mi boda y que nada de oro amarillo y todo lo que me sacaban era, lógicamente, muy de novia. Y a mi no me gustaban las joyas de la novia pero la gente me miraba raro cuando lo decía. Total, que una mañana al salir del trabajo me fui a la joyería del barrio y dije aquello de “hola, vengo a buscar unos pendientes para mi boda pero no me saques nada de novia y acepto plata” Y de repente, en 15 minutos había liquidado el tema y salía de la joyería que me ha cambiado las pilas al reloj toda mi vida con unos pendientes de plata “guapos” y por menos de 30 euros. Porque sí, a mi que siempre me dicen que soy de gustos caros resulta que me habían gustado los pendientes más baratos de todo. ¿Brazalete? No lo encontré pero había llegado ese momento en el que si tendría que pasar sin él pasaría. Otro tema de la boda que había quedado cerrado… Cerrado hasta que fui al Corte Inglés con mi señora madre ¿qué haríamos sin las madres en los preparativos de una boda?
¿Qué paso en esa visita al centro comercial? No íbamos a joyería sino a perfumería a arrasar con la colonia Esencia de Gijón para preparar los detalles de mis invitadas como os conté aquí pero sin saber porqué ni cómo de repente me vi esperando a mi madre ojeando los distintos stans de joyas. Y allí estaban ellos. Y allí me pegué yo.
La sección de Tous era cuadrada por lo que di una vuelta alrededor y reconozco que los vi y me llamaron. Yo no pude verme la cara pero mi madre cuenta que mientras se acercaba me vio sonriendo y con esa cara de ilusión de una niña en una mañana de Reyes. Llegó hasta mí y vio el conjunto. Lo que me había llamado la atención era un conjunto de pendientes, pulsera y anillo. Eran unos lazos color acero con un toque central de oro amarillo que, a primera vista, poco o nada tenían de lo que solemos buscar las novias como joyas para nuestro día pero yo no quería otras. Y me habían llamado la atención, me habían enamorado, podría estar allí mirándolos horas y horas pero mi ilusión chocaba de frente con el precio y yo, que no suelo usar muchas joyas a diario, me parecía quizás un capricho excesivo aquel conjunto teniendo en cuenta además que ya tenía aquellos pendientes de plata en casa…. pero una madre es mucha madre y más si hay cara de ilusión por el medio. Y mi madre estaba allí, dispuesta a que nos lleváramos con nosotras aquel conjunto argumentando que si, era caro pero que me lo iba a poner en muchas otras ocasiones y que quería que ese fuera uno de sus regalos. Lo que vino después os lo podéis imaginar un “no, no mamá, de verdad que no hace falta!” con la boca pequeña y en un abrir y cerrar de ojos yo estaba probándome aquellos pendientes.
Pendientes perfectos, pulsera más que perfecta al descubrir que podría llevarla en la muñeca o un poco más arriba como la idea original que tenía de llevar brazalete así que sólo quedaba tomarme la medida para el anillo y listo! Es en este momento en que le decimos a la chica majérrima a la que le juré amor eterno que el anillo tenía que estar para una fecha concreta ya que era para una boda. ¿Qué es un conjunto para una novia? ¡¡Qué original!! De camino a casa, con una felicidad de esas que te hacen ir casi flotando decidí que la opción de llevar el suelto quedaba descartada además de por comodidad, por lucir pendientes. Vamos, esos pendientes bien se merecían llevar las orejas completamente despejadas para que tuvieran su protagonismo.
El conjunto de Tous de no-novia que me había enamorado a mi terminó enamorando a gran parte de los invitados al bodorrio y oye, aunque una no las eligió pensando si gustarían o no porque lo importante es que me gustaban a mi, presta mucho cuando se te acercan y te preguntan que de dónde son porque son unas joyas preciosas. Mi madre, durante el cóctel de la boda se me acercó sonriendo mucho y me dijo “Tania, mucha gente me pregunta por los pendientes!” Y es que al final, un complemento puede ser el COMPLEMENTO en mayúsculas y no hace falta nada más.
“Mis lazos”, como yo los suelo llamar ya se han venido conmigo a estrenar años nuevo, a la boda de amigos, a cenas formales quesiperono e incluso me las he puesto en ocasiones porque sí…. Tengo claro que seguirán yendo conmigo a un montón de sitios y por supuesto, el primer sitio al que me los lleve después de la boda no podía ser otro lugar, a conocer y tomarse algo en mi querido Llanes…