Conocí a Rubén cuando ambos gastábamos pantalones cortos y lucíamos postillas de mil caídas en las rodillas, cuando usábamos riñoneras y eramos modernos, cuando la mayor preocupación era que no lloviera para poder ir a la piscina. Rubén vivía (y ahora viven los dos) en mi lugar de veraneo, un lugar del que os hablaré algún día y que a mi me hace feliz muy feliz. Compartimos anécdotas de críos, fiestas de prau aunque fueran en la Calle El Quesu, tardes de piscina y de bicicleta, lunes de mercadillos y domingos de helados. Después llegó la adolescencia y cada uno siguió su camino. Las chicas de La LLana dejamos de ir a La LLana y los chicos de El Canalón siguieron creciendo a orillas del Río Piloña.
Paso el tiempo, los años y llegamos al Agosto del 2011. A la fiesta de Les Piragues (no podía ser en otra) y allí, en mitad de la noche, en una plaza del Cañón abarrotada de gente nos reencontramos Rubén y yo después de muchos años. ¿Qué tal te va? ¡Me caso el año que viene! ¡Yo también! ¿Qué tal la familia? A seguir bien, como me presta vete! Entre la música, el ruido y alguna que otra copa de más la conversación no podía ser mucho más así que una foto y a seguir la fiesta. Después llego el Tuenti (qué jóvenes que éramos!) y mi etapa en el Foro rosa. Y los mensajes de aquella chica que se casaba en La Virgen de la Cueva (love, love y más love!) y que por lo que contaba yo deducía que era la novia de Rubén. Y era así, porque mi vena cotilla y yo no aguantamos mucho sin preguntarle directamente. Seguimos hablando a través del foro y nos desvirtualizamos un día de Junio en La Virgen de la Cueva. Después siguieron los mensajes, llego su boda, un café a orillas del Piloña un miércoles de Agosto y un ¡si me ofreces tu ayuda no te voy a decir que no! Así fue como Noelia se convirtió en esa mano amiga e indispensable el día de mi boda… pero hoy os vengo a hablar de la de ellos.
Rubén y Noelia se casaron el 14 de Julio del 2012 en La Virgen de La Cueva (Infiesto). Atrás dejaban su etapa de novios, un noviazgo de esos que empiezan en la más tierna adolescencia y que crece con las personas que lo conforman. Y si, La Virgen de la Cueva, la de que llueva, que llueva está en Asturias, ¿dónde sino? Y la Iglesia es impresionante, espectacular… Es el mejor lugar para darse el Sí, Quiero. Después lo celebraron con todos sus invitados en El Cenador de los Canónigos, restaurante ubicado en plena cuna de la Reconquista y en el que celebraron su boda hace años el cantante David Bustamante y la actriz Paula Echevarría.
Su boda fue una boda DIY desde el principio hasta el final. Noelia y Rubén fueron unos novios de los de mancharse las manos, pegarse los dedos con pistolas de silicona, recorrerse mil tiendas hasta encontrar justo lo que buscaban, renunciar al orden en su casa, sorprenderse al ver las fotos de cómo estaba todo… Fueron novios de los que disfrutan haciendo y creando sus cosas, todas sus cosas porque ellos decidieron casarse y de repente estaban creando las invitaciones, construyendo el mobiliario para una zona chill out, diseñando el fondo para el Photocall, creando unas minutas personalizados, haciendo sus propios centros de mesa…. pero os estoy adelantando mucho así que vayamos al principio.
…HA LLEGADO EL DÍA…
Noelia se preparó para su gran día en casa de sus padres. Esa casa que la vio nacer y crecer en ese pueblo asturiano de los que irradian encanto por los cuatro costados. Rubén se preparó en la casa dónde ambos residen y situada muy cerquita del lugar donde horas después daría el Sí Quiero a Noelia. Ambos se despertaban y al otro lado de la ventana se encontraban bromas de esas que no son pesadas y hacen sonreír más aún. Rubén se encontraba con esa combinación de coche y papel higiénico y a Noelia le esperaba un simpático mensaje en el hórreo.
Después de sonreír mucho con las bromas llegaba la hora de ponerse guapos. Muy guapos. Rubén eligió para su boda un traje de Hugo Boss negro con chaleco en gris y abotonadura del mismo en diagonal. Un toque original que le daba más personalidad.
Noelia lució un vestidazo de Rosa Clará acompañado de un velo sujeto con un precioso tocado de Irene Jover y unos zapatos de la firma Lodi estilo Peep Toes adornados con un lazo. Y yo veo ese vestidazo y ese lazo y ya me enamoro. Su look de novia era muy romántico y dulce. Eligió un ramo en tonos blancos que complementaba a la perfección con esa medalla de nuestra Santina. El momento “hermana arregla a novia y novia arregla a madre” es total. Es un trabajo un equipo, esa colaboración para estar todas radiantes porque sí, la novia debe brillar más ese día pero su madre no debe quedarse atrás. Olé por Noelia por prestarle atención al look de su madre justo en esos momentos en los que los nervios se empiezan (sino lo han hecho ya) a apoderar de ti.
Los niños siempre roban el protagonismo en las bodas. La foto de la sobrina de Noelia estirando su brazo para coger el ramo de la novia a mi me ha sacado mil y un sonrisas cada vez que la he visto, ahí está ella, la princesita de la boda con su coronita de flores y queriendo llevar el ramo, derrochando ternura la mires por donde la mires y seguro, estoy segura, que pensando que ella quiere ser de mayor una novia romántica como su tía.
…ESOS PEQUEÑOS DETALLES…
En todas las bodas hay detalles pequeños, pequeñinos, que hacen que al final todo sea más grande. Muchas veces son esos pequeños que parte de los invitados no llegan a ver o no aprecian lo suficiente pero que tienen que estar ahí… Uno de ellos es esa medalla de nuestra Santina, la Virgen de Covadonga que Noelia llevaba en su ramo. Otro de ellos son esas arras de motivos asturianos que utilizaron en la ceremonia y que la sobrina de ambos llevó y guardó hasta el momento previo como un auténtico tesoro. El tercero es ese árbol que lucía en las paredes del restaurante esperando por las huellas de todos sus invitados y que ahora ocupa un lugar muy importante de la casa de ambos, un árbol lleno de esas hojas indispensables en sus vidas y que son perennes. Y el cuarto es esa invitación de boda que dejo a tantos invitados sin palabras, una invitación hecha packaging o un packaging hecha invitación en el 2012 cuando las “novias normales” aún no usábamos esa palabra a diario. Cajas, pruebas de impresión, búsqueda de probetas, varios días de montaje y otros tanto de repartir… Una invitación que ya daba a entender que aquella boda iba a ser una BODA en mayúsculas…
… SÍ QUIERO A ORILLAS DEL RÍO…
¿Qué piensa una novia justo antes de darse el Sí Quiero? Estoy segura de que para esta pregunta no hay una respuesta genérica… No sé que pensaría Noelia pero ella también tuvo, como muchas novias, ese momento de soledad entre la multitud justo antes de salir para la Iglesia, ese momento en el que el mundo se para y tú pierdes la sonrisa para estar seria por unos segundos que suelen terminar con un suspiro, ese momento del “vamos allá, el día ha llegado”.
La Virgen de la Cueva es una Iglesia en una edificación natural y a la que para acceder hay que cruzar el Río Piloña. Si ya es bonito decirse Sí Quiero en cualquier lugar imaginaros decirlo al aire libre y con el sonido del río del fondo…¿es o no el lugar ideal para casarse?
Noelia llegó a la Iglesia a bordo de un clásico coche blanco e irradiando felicidad por los cuatro costados. Allí la esperaban sus invitados, esa banda de gaitas que daría otro toque más de asturianía, sus hortensias blancas, sus niños de arras con sus trajes hechos a media y de inspiración asturiana y, sobre todo, Rubén. Al fondo del pasillo, al final de la alfombra roja, al lado de su madre y, estoy segura, que con todos los nervios del mundo encima.
Tengo que pararme y hablaros de los trajes de los niños y la niña de arras. No son unos trajes más, son los trajes por excelencia para los niños de arras. Desde el primer momento en que los vi me dejaron pegada a la pantalla. Los trajes fueron hechos a medida aportando ideas y diseños la propia Noelia. Esta es una boda de novios guapos pero los enanos no se quedan atrás. Los trajes son inspirados en nuestro traje regional, traje que se usa mucho para los niños de arras. Noelia y Rubén quisieron ir un poco más allá, darle un toque de modernidad a los trajes pero sin perder el origen asturiano y así fue como, inspirándose en las enaguas de estos trajes crearon esta maravilla en los talleres de Hilda Sordo.
La ceremonia fue muy emotiva, cargada de gestos de emoción entre Rubén y Noelia y con la ilusión de todos los que les acompañaban aflorando. Tras ese Sí Quiero tan especial tocaba volver a cruzar el puente, esta vez juntos y convertidos en marido y mujer. Al otro lado del río, la banda de gaitas, una traca y sus amigos creando una auténtica lluvia de arroz o, mejor dicho, tormenta por que si como dice la tradición, el arroz es la suerte que se desea al matrimonio, en este hay mucha y muy buena!!
…VIVIR LA BODA….
Al finalizar la ceremonia y mientras Noelia y Rubén aprovechaban para sacarse algunas fotos en las inmediaciones y en la estación de tren de Infiesto los invitados empezaban a llegar al restaurante e iban descubriendo todos esos detalles que los novios les habían preparado. No hay duda de que esta boda fue creada con mucho amor para todos y cada uno de sus invitados…. Mucho DIY, muchas horas de trabajo en casa, muchos meses de preparativos, de plasmar ideas que lucían en ese momento espectaculares y que harían que su boda fuera recordada por sus invitados por ser mucho más que una boda… Una boda ideada y creada para sentirla, para ser parte de ella, para vivirla.
Al llegar al Cenador de los Canónigos los invitados comenzaban a ver los primeros detalles. En la parte exterior del salón podían ver una zona chill out totalmente blanca y creada por los propios Rubén y Noelia que había las veces también de “cigar bar” y por donde pasaron todos los invitados en algún momento u otro. ¿Qué me decís del detalle de la cesta con mantas? ¿Cuidaron o no todos los detalles Rubén y Noelia? Y es que se casaron en pleno mes de Julio pero no hay que olvidar que por las noches en Asturias refresca….
Una zona chill out ubicada en ese lugar desde el cual los invitados podrían disfrutar de las maravillosas vistas del Restaurante y es que un lugar ubicado en los Picos de Europa tiene esa magia que tanto nos gusta, ese verde, esas vistas que hacen que una boda sea aún más bonita.
También en el exterior se encontraban los invitados con el photocall personalizado que tanto juego daría horas después. Photocall, pamelas, collares, gafas,cuadros, sombrillas, boas… Complementos para todos y todas.
Una vez dentro, los novios colocaron una porra sobre los hijos. ¡¡Fan total!! Fan de que antes de que los invitados empiecen a preguntar por los hijos los novios se lo tomen con humor y lo incluyan como un elemento más de su boda. Allí estaba la porra y la hucha y ahora, dos años y poco después se ha conocido el ganador!!! Porque hubo alguien, que aunque en ese momento le sonara lejano escribió aquello de que el bebé llegaría en Septiembre del 2014 y que sería niño!!!! Y es que sí, no se lo chivéis a nadie pero dentro de nada esta pareja encantadora será una familia genial de tres miembros….
A través de los cristales una Candy Bar esperaba el momento perfecto para ser vaciada, nubes, palomitas, regalices, piruletas… Variedad y cantidad. Una Candy simple, con jarrones con diferentes formas y una señora copa llena de nubes que se convirtió en el ansiado tesoro de los niños de la boda. Y de los no tan niños… .¿o acaso tú a tus veintipico/treintaypico/cuarentaypico no ves esa copa y sueñas con llevártela y comértela enterita aunque luego te quieras morir?
Los famosos cestibaños no faltaron en esta boda. Noelia y Rubén querían cuidar a sus invitados así que allí estaban. Eso sí, demostrando que todo se puede personalizar al máximo y que siempre se le puede dar una vuelta de tuerca más, los cestibaños de esta boda no eran iguales (estéticamente hablando) y se personalizaron para los chicos y para las chicas. Una presentación acorde para todos, uno de esos pequeños detalles de los que hablábamos antes…
….ASÓMATE A LA VENTANA…
La estrella sin duda de la decoración para mi fue la ventana. No hay ventana más preciosa ni más especial. Esta vieja ventana de la cuadra del abuelo de Noelia sufrió horas de chapa y pintura para lucir así de guapa en la boda de su nieta. Un seating plan perfecto. Un bodegón creado a partir de la ventana y decorado con un gusto exquisito y excelente. Y otra vez, como todo, creado por ellos. Los invitados descubrían dónde se sentarían asomándose a esta ventana, sacándole fotos y disfrutando de ella… Ventana, hortensias, velas, manzanas, botellas…. ¿Enamora o no? Y ojo, si no os habéis fijado en el detalle de la “barra libre de gafas de cerca” para que todos los invitados vieran bien su nombre. Noelia y Rubén… de verdad, de la buena… deberíais casaros de nuevo y con entrada libre.
….AL CAER LA NOCHE….
Sin que los invitados terminaran aún de retener en su mente todos esos detalles especiales de la boda llegaba la hora de pasar a disfrutar de la cena. Unas minutas totalmente personalizadas y realizadas por los novios y unos centros en verde y rojo coronaban un comedor espectacular con unas vistas aún más espectaculares. ¿El servilletero? El servilletero fue una estrella de la boda. Creado por ellos consistía en un lazo y un abalorio a modo de pulsera y, sin saber cómo ni por qué, por la boda se extendió el rumor de que ese servilletero era la pulsera para la barra libre y claro está, no hay invitado que no adore la barra libre de las bodas por lo que horas después, los amigos de los novios habían completado sus looks con su “nueva pulsera!”. Y es que, a veces los elementos decorativos cobran vida y son uno más en la boda.
Una vez con el estómago lleno, llegaba uno de los momentos más emotivos de la noche. Una proyección de fotos sorpresa para los invitados con voz en directo, y es que sí, Noelia y Rubén disfrutaron de una cantante que interpretó para ellos el día de su boda una de sus canciones favoritas. ¿Un secreto? Cuando buscaron cantante para ese momento contactaron con una chica que tiempo después les dijo que lo sentía mucho pero que por diversos motivos no podía al final acudir el 14 de Julio a cantar a su boda. La sorpresa fue enorme al verla después en La Voz y saber qué ese era el motivo… Y es que sí, Noelia y Rubén habían contactado con Paula Rojo.
Minutos después llegaba la apertura del baile y el salto de todos los invitados a la pista y es que éstos llevaban demostrando hace rato que había muchas, muchas, ganas de fiesta. Un montón de bailes después, de risas, unas cuantas copas olvidadas en las mesas, una candy bar vacía y tropecientas fotos de photocall después…. Era el momento de finalizar la boda. Y una boda tan especial no podía llegar a su fin sin un momento especial. Los invitados y los novios salieron al exterior y realizaron una suelta de farolillos voladores iluminando así el cielo por unos instantes. Un final romántica para una boda romántica y divertida.
Los invitados disfrutaron, ellos vivieron el día más feliz de sus vidas y su cuento tuvo un principio de esos que ponen el listón muy alto. Ahora siguen comiendo perdices y pensando ….“que volveríamos a escogernos entre toda las personas del mundo”
Gracias Noelia y Rubén por compartir vuestra boda.
VESTIDO NOVIA: ROSA CLARÁ
TRAJE NOVIO: HUGO BOSS
RESTAURANTE: CENADOR DE LOS CANÓNIGOS
TRAJES NIÑOS DE ARRAS: HILDA SORDO
TOCADO: IRENE JOVER