Hemos querido saber como vivieron ellos la organización de ese dia tan importante, como fue el proceso, y lo mas importante, como fue el resultado. Aunque leyendo lo que nos mandó Lourdes, sabemos que el resultado fue inmejorable pues…de todas las frases que nos manda, ¡nos quedamos con esta! – “No me volvería a casar….ese día fue tan perfecto, que seria imposible que todo saliera tan bien de nuevo.” :)
Para poneros en situación y conozcáis un poco mas a esta súper pareja, os dejamos el link de la pedida de mano que le organizó Pep Lluis a Lourdes en plena clase de spinning! Ahí ya sabíamos que seria una súper boda, no todos los días te piden matrimonio montada en una bici! ;)
“Como cualquier novia, deseaba una boda de cuento, de aquellas que sueñas cuando eres una niña y después de una pedida de mano tan especial, ¡no podía ser menos! Fuimos muy afortunados, pues toda nuestra familia y amigos se implicaron muchísimo e hicieron que aquel dia fuese posible.
Con apenas un año de antelación, tras la pedida, nos pusimos en marcha. Uno de los mayores aciertos, fue contactar con Moments. Ofrecen un servicio que, según mi opinión, se convierte en imprescindible si realmente quieres relajarte y disfrutar al máximo de ese dia de ensueño. No es que Pep Lluis o yo no quisiéramos participar en los preparativos, de hecho soy muy perfeccionista y siempre estoy buscando e investigando para tener nuevas ideas, pero el trabajo y la ilusión que pone todo el equipo de Moments en cada boda, te permite relajarte y confiar en ellas plenamente.
Junto con Moments, fuimos eligiendo a los proveedores que formarían parte de nuestra boda y que, debido a su experiencia y profesionalidad, no defraudaron. Después de varias visitas, decidimos que el lugar perfecto para la ceremonia sería la Parroquia de Portals y que el banquete sería en la Finca Comassema. Queriamos que todo fuera al aire libre, así que mi prima, viéndome nerviosa por las posibles lluvias y en un intento por tranquilizarme, cumplió con la tradición y llevó huevos a Santa Clara! Yo por si acaso, no paraba de repetirme, “novia mojada, novia afortunada”, jaja!.
Para el gran dia, elegí un bonito vestido de Rosa Clará. Siempre me ha encantado esta firma y sabia que me casaría con ella. Los encargados de “ponerme bonita” fueron Melville & Boronski con un semir-recogido y Chus Fuster con un maquillaje súper natural. Del catering se encargó La Alacena Catering, éxito asegurado, mientras que de la tarta fue Guindalia.
De las bonitas imágenes se encargaron los chicos de Vis&Co, y de hacernos bailar hasta el amanecer, el equipo de DeejaysGrup.
Desde el primer momento del día tuve la tranquilidad de que todo saldría bien y que ese día sería único y pasaría volando (como me habían dicho) por lo que tenía que disfrutarlo al máximo. Fue una boda de cuento, y aunque suene extraño, no me volvería a casar….ese día fue tan perfecto, que seria imposible que todo saliera tan bien de nuevo. La gente perfecta, el lugar perfecto, los proveedores perfectos y… lo más importante, ese marido tan increíble por el que todo tiene sentido y por el cual ese día fue uno de los más especiales de mi vida.
Llegue hasta la Parroquia en un precioso coche de época. Ahí me esperaba toda la familia y amigos. ¡Estaba todo tan bonito! Y yo tan emocionada….Fue una ceremonia muy emotiva. Hubo sonrisas y lagrimas también. Para nosotros era muy importante agradecer a toda la familia y amigos su asistencia y preparamos un discurso donde les dimos las gracias por estar con nosotros. Hubo muchos detalles especiales para nuestras madres, madrinas y padrinos, y al fin le di el ramo a mi mejor amiga Marga!
Solo podemos dar las gracias a Moments por cuidar cada detalle y por tratar de satisfacer todos nuestros deseos para ese día mágico. En especial quiero felicitar a las personas que estuvieron coordinando ese día tan especial y velaron por que todo saliera a la perfección, gracias Cristina y Petra. Mi enhorabuena también a Marga, que aunque no pudo estar presente ese día, fue una persona muy cercana que se involucró y trató de superarse en cada detalle que le pedimos. Como ya he dicho antes, no me volvería a casar pero si mi marido y yo renovamos votos sin duda volveríamos a elegirlas!
Ah! Y por si queréis saberlo, el tiempo nos respetó durante toda la velada, pero justo al final de la fiesta cuando los invitados estaban subiendo al autobús empezó a caer un chaparrón! Así que finalmente seré muy afortunada si se cumple el dicho de “¡novia mojada, novia afortunada!”.