05:17 horas de la madrugada, hora en Sto. Domingo (Rep. Dominicana) allí en España, serán las 11:17 horas. Me dispongo a pedir un desayuno a la habitación y salir a la terraza con la maravillosa vista de la piscina y el mar juntos. Es temprano, y mis recuerdos de la boda me empiezan a brotar.
Ahora, ya he pasado por el estrés, los nervios, la ansiedad de los últimos minutos, y la felicidad del día B. Tengo muchas cosas que contaros y muchos consejos que daros. Lo cierto e inevitable, que es un día que pasa muy rápido. Digo inevitable porque, me juré que disfrutaría tanto de cada momento, que iba a notar hasta los minutos del reloj. Y no es así, lo disfrutas y se pasa rápido.
El día de la boda me vestí en la Suite del hotel. Una maravillosa y espaciosa habitación con una inmensa terraza con vistas a la sierra madrileña. Mi habitación era un sin parar. Venían amigas y familia sin parar. Yo no estaba muy nerviosa hasta que apareció la maquilladora.
Ya os conté que el vestido es un diseño mío. Las telas las cogi en José María Ruiz. Diseñadores de personas conocidas, como los diseños de la Reina Letizia, Anne Igartiburu, y novias de las familias reales, entre muchos más, eligen para sus diseños, esta maravillosa tienda.
Sólo puedo decir que mi vestido maravilló a todos los invitados. No me disfrazaba y me sentía muy cómoda. Como os contaba aquí – Quino Fernández fue mi diseñador. Lleva más de 30 años trabajando con Elio Bernhayer… En mi caso, tenía claro que quería un vestido único para este día tan especial. Me hace gracia, porque después de la boda, me han llegado amigas de mis amigas a decirme que por favor les diseñe un vestido que se ajuste a su personalidad y claro está, economía.
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