Es posible que, cuando entres a esta página, tarde un poquitito en cargar. ¿Por qué? Bueno, ¡es la de las fotos de la boda! Una que tenía muchísimas ganas de hacer pero que me pesaba por complicada. ¿Cómo eliges qué fotos compartir del día más feliz? ¿Cómo eliges las mejores, porque no vas a publicar las 890 que te dio la fotógrafa? ¿Cuáles son los criterios?
Bueno, pues decidí compartir mis favoritas. Las 56 favoritas. No más, no menos, un número arbitrario porque llegó en el punto en que no supe cuál más descartar. Y la verdad es que les quiero contar sobre cómo decoramos y cómo fue nuestra ceremonia y por qué lloré más o menos 2.756 veces ese día, y entonces ahí seguiré subiendo fotos. Jiji. Hoy las favoritas de Fer y mías y con la familia y nada más. Porque en verdad, es imposible escoger.
Como preámbulo, te quiero contar un poquito sobre cómo encontramos a nuestra fotógrafa, Dinorah Ávila. Súper talentosa, súper amable y, honestamente, sin cobrar en dólares que parece ser la práctica de algunos fotógrafos mexicanos en este momento (o el año pasado). Cuando nos comprometimos, en julio del año pasado, mi hermana y mi cuñado nos dieron un gran regalo: nos dijeron que nos invitarían a las fotos de ese día, para que tuviéramos un recuerdo que nos durara por siempre.
Solo había que encontrar a la indicada. ¿Cómo? Con mi hermana y Fer nos dimos a la tarea de revisar páginas de bodas, ver sus sugerencias, seguir en instagram, pedir y pedir presupuestos. Ver con quiénes nos sentíamos más cómodos. Ver, además, quién tenía disponibilidad con tan poco tiempo de antelación: las bodas normalmente se planean con mucho más que tres meses de tiempo.
Descartamos varios, por no estar disponibles, por caros (recuerdo uno que se acercaba a los $2.000 USD) o baja relación entrega – precio. Había quienes nos cobraban lo mismo que Dinorah entregándonos solo una usb con 200 fotos… Lo que habría sido muy muy triste. Al final, dimos con Dino, con quien hablamos por Skype un par de veces, aclaramos dudas y, lo más importante, nos conocimos un poquito más.
Creo que esto es de lo más importante: encontrar a alguien que se tome el tiempo de conocerlos, de entender cómo son como pareja, qué les importa y cuál es su historia. Todas las parejas son únicas y tratarlos como modelos sin contexto, solo haciendo poses tradicionales, no tiene ningún sentido. Es su día. Y Dino se hizo cargo de que fuera el nuestro.
Así, ese día llegó desde temprano al airbnb que habían alquilado mis papás y donde yo había dormido esa última noche de soltera, para acompañarnos a arreglarnos, y se quedó con nosotros hasta que nos dolieron los pies y le dimos la vuelta a la ciudad, visitando todos los lugares que queríamos y significaban algo para nosotros. Y este de aquí, fue el resultado (un ejemplo del resultado…).
Por cierto, si te interesa contactarla, visita su página web y síguela en su instagram: @livingintoa_bigbiglove.