1. El vestido de novia: ¿sabías que una novia se prueba de media de entre 10 y 19 vestidos antes de encontrar el vestido perfecto? Después de tanto mirar y probar, cuando al fin lo encuentres, no cometas el error de comprarlo una talla más pequeña. El motivo no es otro que las famosas dietas pre boda de las que un día hablaré. Cómpralo de tu talla, de aquella que lleves en el momento de probártelo, siempre podrás hacerle las modificaciones necesarias antes de la boda. Como dice la estrofa de una canción de mi querido Marwan, “es mejor quitar botones que ponerlos"
2. Los zapatos: ¡Ni se te ocurra estrenar zapatos el día de la boda! Te recomiendo que los pruebes por casa, cada día un ratito para que den un poco de sí. Tus pies te lo agradecerán y tú podrás disfrutar sin sufrimiento.
3. Las invitaciones: y no sólo las invitaciones sino todo aquello que pase por la imprenta… ¡revísalo con paciencia!. Cerrar la lista de invitados produce la misma sensación que el último día de trabajo antes de las vacaciones. Después de tantos líos acerca de a quién sentamos con quién, lo más probable es que no quieras volver a repasar la lista... ¡Hazlo! pero con los cinco sentidos. Una vez impresas, ya no hay marcha atrás. Para no cometer errores, te recomiendo que la pases a limpio. Aquí tienes un planning de All Lovely Party listo para descargar.
¡Ojo! Siempre se tiende a pensar que por dos o tres… o cuatro o cinco… o seis o siete menús no pasa nada.. ¡ya puestos! Es cierto que hay personas a las que les puede resultar complicado bien por circunstancias familiares o profesionales, confirmar su asistencia hasta casi el último momento. No está mal que cuentes con un par de menús de más pero... ¡sólo un par! Ten en cuenta que pasado un cierto periodo de tiempo (cada catering aplica sus normas a este respecto) el número final de comensales que les has proporcionado, es la cifra que tendréis que abonar, con independencia de si finalmente acuden a la boda o no.
4. Últimos retoques: Mucha atención a este punto. Es muy normal que quieras dejar para los últimos días cosas como la depilación de tus cejas, broncearte o cualquier otro tratamiento de belleza en tu rostro. Todas las novias queremos ir con la piel reluciente pero ¡cuidado! puede pasar que tu piel reaccione de manera adversa y se irrite. Para evitar sustos, aplica los tratamientos de belleza al menos dos semanas antes antes de la boda. Si vas a usar productos nuevos o no son tus cremas habituales, prueba a comenzar un mes antes, de esta forma, podrás observar cómo reacciona tu piel y mejor aún, estés a tiempo de ponerle remedio.
5. No comer el día de la boda: de acuerdo que los nervios hacen que se cierre el estómago pero queda prohibido no probar bocado. La tensión y el estrés del momento sumado a un estómago vacío puede desde un punto de vista nutricional no es nada sano pero además puede llevarte a sufrir mareos o fuertes dolores de cabeza. Recuerda que necesitas mucha energía para bailar toda la noche y hacer frente al día más feliz de vuestras vidas.