Mientras decorábamos el salón, la familia de la novia se preparaba para recibir al novio como un miembro más. Tras unas puyas (oraciones) pidiendo por la prosperidad del matrimonio, daba comienzo el Mehndi, un ritual que marca la iniciación de la mujer hacia su nueva vida como casada en donde las profesionales encargadas de dibujar con henna, embellecen a la novia con espectaculares tatuajes para la fiesta del Sangeetque tiene lugar ese mismo día por la noche.
Generalmente, se pinta a la novia en la palma de las manos y en los pies donde la pasta, adquiere un color mas intenso durando alrededor de tres semanas. Se cree que, mientras más profundo sea el color, más fuerte será el nexo de unión entre la novia y su suegra. Según creencias populares, cuando la novia lleva henna en sus manos, esto le impide hacer las tareas domésticas, por lo que será consentida, cuidada y mimada por su futura suegra. Otra de las creencias es ocultar entre el diseño las iniciales del novio quién debe averiguar dónde se encuentran como señal de buena suerte.
Los detalles: Tal y como os he contado al principio del post, los colores de hoy, son el naranja y rosa, tonalidades muy cálidas y alegres para celebrar una fiesta al más puro estilo Bollywood. Para ir acorde con la temática, los meseroseran carátulas de películas hindúes y el seating, una gran claqueta de cine.
Ese mismo día por la mañana, el padre de la novia, había traído el Doly (no recuerdo si se escribía así) o lo que es lo mismo, el trono donde la novia hace su aparición al comienzo de la noche. ¡Era una sorpresa para Vini!
Como venía siendo habitual, y por lo visto casi una tradición más, los novios e invitados volvieron a retrasarse. Alrededor de las 20:00 horas, subí a la habitación de Vini quien se disputaba una guerra encarnizada con las miles de Chudi o Kangan (pulseras) para no estropear el dibujo de henna. Me la llevé junto a su hermano al salón donde la esperaba el trono y algunos primos encargados de portarlo. Mientras, los padres de ella, como anfitriones, recibieron personalmente a cada uno de los invitados (tal y como vemos en la tele a los Reyes recibiendo a las autoridades) y les iban colocando unas pashminas a ellos y unos collares y un tilak (adorno de la frente) a ellas. Cuando el novio entró al salón detrás de sus familiares, se extrañó de no ver a Vini.
Minutos már tarde, se abrían de par en par las puertas del salón con la novia a hombros de sus primos. Tras esto, tuvo lugar una pequeña ceremonia y ¡a cenar!
Las pulseras tienen un gran significado en la religión hindú. La novia no puede llevar los brazos desnudos. Existe un código de color asociado a sus tradiciones. Entre ellos, el rojo simboliza energía, el azul, sabiduría, el lila, independencia, el verde, suerte en el matrimonio, el amarillo, felicidad, el naranja, éxito, el blanco, un nuevo comienzo, el negro, poder, las de plata, fuerza y las de oro, fortuna.
Tras la cena, comenzaron los bailes. Los niños llevaban meses ensayando la coreografía y los mayores, aunque no os lo creáis, también hicieron lo propio. Después de la cena, Naife hizo caricaturas de los invitados que así lo quisieron. De esta manera, daba comienzo la fiesta del Sangeet. Durante horas, las invitadas se aplicaban tatuajes de henna realizados por las mismas profesionales que se lo habían aplicado a Vini durante esa misma mañana. Eso si, como marca la tradición, éstos tatuajes no eran ni de lejos, tan elaborados como los de ella, puesto que está prohibido, competir con su belleza. El vídeo es un poco malo, lo sé... lo saqué con el móvil
¡Muy atentos al próximo post! el tercer día de "Mi gran boda hindú"...
¡Próximamente!
Imágenes: 100% Fotos y Sweet Bodas