¡Hola, hola!
Sé que para la mayoría de los novios escoger la música de su boda es una de las tareas más complicadas a la hora de organizar la boda.
Ya sea porque no se comparten gustos musicales, porque somos incapaces de elegir una sola canción para cada momento o porque, simplemente, no nos ponemos de acuerdo en el estilo musical, lo cierto es que escoger la música del día B siempre resulta ser un motivo de discusión en la pareja.
Hace algún tiempo ya os conté qué canciones escogimos para nuestra ceremonia civil y, además, os enseñé también un video con los mejores momentos de la entrada a nuestro aperitivo.
Hoy quiero contaros mi experiencia.
Antes de empezar, aquí tenéis las canciones que escogimos para nuestro banquete:
Entrada al salón - Fito y Fitipaldis "Antes de que cuente diez"
Primer plato - U2 "Vertigo"
Sorbete - Macaco "Moving"
Segundo plato - Enrique Iglesias "Tonigh (I"m loving you)"
Prepostre - Efecto Pasillo "Pan y mantequilla"
Brindis - Pablo Alborán "Solamente tú"
Pastel nupcial - Bruno Mars "Locked out of heaven"
Baile - Alejandro Sanz "Si tu me miras"
Inicio Baile - Juan Magan & Belinda "Te voy a esperar"
Fin Baile - Amaral "Marta, Sebas, Guille y los demás"
Os confieso algo. Cuándo empezamos a elaborar la lista de canciones, sólo estábamos de acuerdo en las de entrada al banquete y el baile.
Para la entrada al banquete, teníamos clarísimo que queríamos que sonara Fito, uno de los pocos músicos que adoramos los dos. Escogimos esta canción porque su letra se identifica muchísimo con nosotros y porque no queríamos una entrada formal sino que queríamos saltar, bailar, cantar, ser nosotros mismos.
¡Y así fue! Nos soltamos la melena (mi marido hasta lanzó su chaqueta) y aunque entramos de la mano, tres segundos después, saltábamos y brincábamos cada uno por su lado ante la atenta mirada de nuestros invitados.
Para el baile, no tuvimos dudas. A mi marido no le gusta bailar así que ni íbamos a bailar un vals (lo típico) ni a preparar ninguna coreografía (aunque a mi no me hubiese importado, la verdad). Casi sin pensarlo, decidimos a la vez que queríamos que sonase nuestra canción.
Estoy segura de que a muchos invitados les sorprendió que "Si tú me miras" de Alejandro Sanz fuese nuestra elección.
Fue un gran acierto. Y es que pese a que yo sabía que Juan no duraría más allá del estribillo bailando y me empeñé en que la canción sonase hasta el final, aunque acabamos invitando a bailar a nuestros invitados (a los dos nos hacía sentir incomodos eso de ser el centro de atención), fue uno de los momentos más especiales que recuerdo del día de nuestra boda.
A aquellas parejas que no sabéis si abrir el baile o no, os digo que lo hagáis. Por mucha vergüenza o pudor que os de ser el centro de atención, os aseguro que es un momento muy especial, de los pocos que recuerdo que estuviésemos solos mi marido y yo.
En el caso de las que se escuchan antes de servir cada plato fue distinto.
Aunque hay parejas que optan por suprimir estas canciones, nosotros teníamos clarísimo que no íbamos a renunciar a ese momentazo en el que los invitados levantan sus servilletas y tatararean las canciones (para nosotros, momentazos divertidísimos en los que, incluso, algunos de nuestros invitados se levantaban para bailar) pero no había manera de ponerse de acuerdo.
Y es que a mi me gusta la música en inglés, y a mi marido en español... a mi el rock y el dance y a él el flamenco y el hip-hop... difícil, ¿verdad?
Después de infinitas discusiones, optamos por alternar una canción en inglés y otra en español.
¡Y fue un acierto!
Ahora escucho nuestra banda sonora y no podría ser más bonita.
Es el reflejo de los que somos como pareja y cada uno, por separado, como persona.
Así que si me permitís un consejo...
Escucharos, ser pacientes, negociar y, sobre todo, ceder.
¡Es la clave para que esta tarea resulte más fácil y para que vuestra boda sea como habéis imaginado!
Otro día os explico que música escogimos para las entregas.
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