No es ningún secreto de que hay muchas expectativas depositadas en la “noche de bodas” y que ¡no siempre sale como a uno le gustaría! Lejos de escenas pasionales dignas de la mejor película de amor con tomas perfectas, la realidad muchas veces supera la ficción y muchas parejas debido al cansancio aparcan el tema amoroso para el día siguiente o con tal de “cumplir” tienen una noche totalmente distinta a lo esperado por no decir de dudosa calidad. Analicemos por qué y cómo podemos hacer que esta primera noche como marido y mujer sea digna de ser recordada con fuegos artificiales y no como: ¿en serio?
Alejarse el uno del otro unos días antes de la boda
Lo ideal es poner en práctica esa famosa frase de “que corra el aire”. No verse mucho y mucho menos tener contacto físico unos días previos a la boda hará que nuestra llegada al altar aumente el deseo de ambos y por ende, de la libido. Por ejemplo (para las amantes del chocolate), si dejas de meter el dedo dentro del bote de Nutella por unos días, el día que lo hagas, sin duda será una explosión de placer. Pues eso mismo pasará con tu pareja. La noche de bodas puedes ser un auténtico volcán.
No dejar todo el trabajo para la noche
No hay que perder el tiempo. Durante el día nos ocuparemos de “empezar a trabajar” en una dirección: que la noche sea perfecta y excitante. Por eso, cuando salgamos de la ceremonia en el coche camino del banquete unos deliciosos besos o unas caricias estratégicas harán levantar las expectativas y aumentar el deseo.
Evitar viajar al otro lado del mundo
Si vamos a pasar las siguientes 20 horas volando para llegar a un lugar exótico donde pasar nuestra luna de miel, nuestra libido desaparecerá a la misma velocidad que los reactores del avión. De nada sirve pasear vuestro amor por medio globo terráqueo inmediatamente tras la boda ya que por muchos pétalos de rosa que nos pongan sobre la cama o chocolatitos sobre la almohada vuestro cuerpo solo deseará una sola cosa: dormir. ¿Te acuerdas de que anoche lo disteis todo en la pista de baile? Tu cuerpo, sí, así que si habéis decidido viajar lejos hacedlo unos días después de la boda y dejad la primera noche para disfrutarla en un bonito hotel.
Llevar sorpresas en la maleta
El efecto sorpresa es, sin lugar a dudas, el mejor camino hacia el éxtasis. Salpimentar nuestra noche de bodas con bonita lencería está muy bien y el novio se lo espera, pero si a eso le sumamos algún sex toy seguro que eso iluminará la noche de destellos de deseo inesperados. Sobre todo si sois una pareja que habitualmente no usáis estos “alicientes” es también una (muy buena) ocasión para introducir nuevos juegos eróticos que harán subir la temperatura en la cama que harán de la noche de bodas, una noche inolvidable.
Preparar una playlist wedding night
¿No estarás pensando pasar vuestra noche de bodas sin música verdad? No dudes en llevarte en tu smarphone la play list más hot que se te pueda ocurrir. Esas baladas que os hacen suspirar, esas canciones que os recuerdan momentos importantes o “vuestra canción” son la mejor banda sonora para la primera noche como marido y mujer. Recomendable dejar fuera de esta lista el Despacito, por mucho que nos guste. Se trata de ambientar y caldear el ambiente con temas sexys y románticos y en estos casos lo ideal es envolverse en voces sensuales como Marvin Gaye o Ed Sheeran. Sin duda algunos clásicos como Sting, Brian Adams o Whitney Houston, pueden servir.
Abraza el “dirty talk”
Si no eres una persona que se comunique demasiado durante vuestras relaciones, ¡se acabaron las vergüenzas! Es hora de poner en práctica el dirty talk, o lenguaje sucio. Hay que ver el efecto que puede llegar a tener frases cortas en su justo momento. “Sigue así”, “oh me encanta” o “dame más fuerte” y otras más hot que dejamos a tu imaginación pueden ser las palabras mágicas que abran el cielo de los orgasmos.
No descartes algunas versiones del Kama-Sutra “Luna de Miel”
Si ya lleváis años de relación, es muy difícil innovar en la noche de bodas. Peeeero. Sí hacemos bien los deberes antes de salir de casa, a lo mejor podemos sorprender a nuestra pareja con una postura que antes no se os había ocurrido precticar. Una ojeada al Kama-Sutra puede abrirnos las puertas del Nirvana. Sobre todo si adoptamos algunas posturas que contemplen el face to face. Verse cara a cara hace que conectemos más entre nosotros y además sería una lástima empezar el matrimonio sin contemplaros. No mentimos si decimos que el día de la boda nos aporta una dosis extra de adrenalina al cuerpo, por lo que no te extrañe, si os atrevéis hasta con posturas como la carretilla thailandesa o el collar de Venus. En estos casos, ¡os recomendamos calentamiento previo!
Y dicho esto ¡feliz y memorable noche de bodas!