Para la decoración de la boda quieren algo muy típico argentino, olor a madera, copas de vino mendocino, divertido y vistoso. En cuanto me lo dijeron no pude dejar de imaginar una boda botánica por todo lo alto y para ello les di varias ideas aunque no pude evitar buscar detalles personales, que tuvieran significado para una boda idílica. Las que me conocéis, sabéis que las flores naturales me acompañan allá donde voy, nunca faltan en la decoración de una fiesta: ya sea una ramita de helecho o unas flores silvestres que encuentras en cualquier sendero de cuento.
Después de tanto buscar y dar vueltas por Pinterest o páginas similares, me encontré con unas fotografías de una boda inspiracional que me conquistó por su simpleza y buen gusto. Una mesa rústica de madera sin manteles, unos simples ramilletes naturales y una bonita vajilla.
¿Quieres ver que preciosidad de boda botánica he encontrado por la red de la mano de Alissa Saylor?
En las fotos se puede sentir todo el mimo que pusieron para la decoración de la boda. Ramas silvestres, copas de vidrio, sittings creados a manos, platos sutiles, candelabros con velas y un toque de color en los cubiertos… En simples palabras: una boda botánica ideal.
En ella no falta detalle: libros antiguos de botánica, tubos de ensayos, ramas y más ramas silvestres para no perder la frescura de ese bello recuerdo.
Las invitaciones de esta boda recordaban a esos bellos libros antiguos que todos hemos tenido en casa o hemos visto en casa de nuestro abuelos. Recuerdo que cuando era pequeña siempre les quitaba a mis abuelos unas enciclopedias que tenían con un montón de dibujos de animales y plantas. Mis favoritos para copiar eran los peces, las flores y los hongos. Me podía pasar toda una tarde copiando esas delicadas ilustraciones.
Los chicos que organizaron esta sesión creo que optaron por lo mismo, copiar algún dibujo significativo y trastaladarlos a un papel blanco para usarlos como invitaciones, solo les faltaba indicar de quién se trataba la boda y el lugar. Sobre blanco y a enviar a los invitados. Pura delicadeza y sencillez.
Como ya he dicho anteriormente, la mesa de esta boda botánica era una decoración muy sutil, nada barroca. Plato blanco con bajoplato verde para contrastar las hendiduras de la mesa de madera rústica y cubiertos dorados para darle color, combinados con las copas de vinos de vidrio que tenían delicados tonos dorados. Las copas restantes eran de vidrio, una traslúcida y la otra, de color verde.
El centro de mesa consistió en unas cuantas ramas con hojas de diferentes tamaños colocadas de manera horizontal y candelabros dorados de diversas alturas, con velas blancas entre las ramas. Un recurso que suelo utilizar en las cenas de verano.
A las mesas auxiliares, colocadas en diferentes puntos del ambiente, no les faltaban detalles. Libros y herramientas dignas de un entendido en botánica repartidos por todas las mesas. No faltaron tijeras y ramas individuales. Un sueño para cualquier persona que le gusten las flores. La localización era perfecta, ventanales donde entraba la luz por todos los cristales y se veía el intenso verde de alrededor.
*Consejos:
Reconozco que me gusta mucho la idea de este sitting pero, en mi viaje a Argentina, me compré unos tubos de ensayo de vidrio con tapitas de corcho y me encantaría poder usarlos en alguna fiesta de verano. Por eso, te cuento una idea que se me ocurrió: los llenaría de ramitas verdes, como por ejemplo de helechos o alguna planta similar, y en su interior un cartón con el nombre de cada invitado escrito a mano con una pluma.
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Fotografías Alissa Saylor | Menaje Stockroom Vintage
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