Hay dos películas en las que las bodas son protagonistas que se han convertido en “clásicos de ver” para mí. ¿Qué es un clásico de ver? Son esas películas que aunque veas mil y una veces, aunque te sepas los diálogos y lo que va a pasar en cada segundo no te aburren cuando las ves y te sacan sonrisas y carcajadas enormes. Algunos de mis clásicos de ver son Grease o Mary Poppins pero hoy vengo hablaros de las de bodas…. Aunque estoy segura de que muchas ya las habéis visto.
Las dos tienen factores comunes: son españolas (yo es que soy muy pro cine nacional aunque sea más difícil consumirlo en salas) y Quim Gutierrez sale en ambas, aunque desde este mismo momento puedo prometer y prometo que no ha sido este un factor decisivo para que sean mis favoritas, puede que un factor colateral sí pero decisivo no…
La Gran Familia Española
Que esta película estuviera ambientada durante un (nuestro) mundial fue la excusa perfecta para que mi señor marido accediera a verla sin mucha resignación.
No sé qué es lo qué es pero esta película se coló en la lista de películas obligatorias que todos deberíamos ver que tengo en mi cabeza. Podría deciros que fue esa novia molona con Converse rosa,
esos hermanos mayores del novio ejerciendo de “damos” con esa clase y estilo, ese arco o esas confesiones con los pies en la piscina. Puede ser que fuera el triunfo del amor verdadero o esa niña yendo a la boda de su tío como le da la gana y vestida de niña.
Puede ser algo de eso o todo a la vez pero esta película me conquistó. La preparación de una boda desde los diferentes puntos de vista de los familiares, con sus idas y venidas, sus buenos momentos y también los malos que para eso ya os conté un día que la vida es muy putas a veces y no se para porque preparemos una boda… Y creo que es el todo lo que hace que no me importe ver esta película cualquier tarde de domingo con una taza de café entre las manos….
3 bodas de más
Lo primero que me enamoró de esta boda fue el vestido de Inma Cuesta en una de la bodas y su tocado, tanto que llegué a plantearme copiar el look íntegro para una boda hasta que me dí cuenta de que el tipazo y el saber llevar ese tocado no lo tendría. Ni borracha.
Que sí, que es una exageración de película, que en la vida real las personas que acuden a las bodas de sus ex son las menos y, por supuesto, ¡¡menos a tres!! pero precisamente por esa exageración, por esos ex cabrones que le mandan la invitación, por esa exageración máxima que es que tu novio ahora sea chica y tú aguantes la ceremonia (o al menos parte) sin alcohol en sangre. Vale que en pocas bodas una pareja decide romper pero… ¿quién no ha asistido o ha escuchado que alguna pareja ha discutido en una boda delante de los compañeros de mesa? Lo he dicho varias veces y lo digo una más, una exageración pero precisamente por esa exageración es una de esas películas que te hacen reírte hasta que te salga bebida por la nariz (y sabes que te ha pasado alguna vez!!!).
Y a ti, ¿cuál es la película sobre bodas perfecta para un domingo de sofá y manta?
P.D– De las películas sobre despedidas ya hablamos otro domingo pero os adelanto ya que sobrevivir a ver “Cómo sobrevivir a una despedida” es todo un mérito.