En fin, que hoy te traigo una idea que me parece práctica, relativamente sencilla, bonita y que dejará a todos con muy buen sabor de boca: tarritos individuales de pastel. ¿Que cómo es eso? Mira, mira:
La técnica es sencilla: escoge tu receta de tarta o bizcocho favorita, repártela en tarritos que luego serán porciones individuales, hornea, cierra y decora los tarros como más te guste: lazos, blondas, arpillera, tela de cuadritos, pegatinas personalizadas, tarjetitas con el sello de tu boda, cubiertos de madera… ¡las opciones son infinitas! Elige lo que más vaya con vuestra boda y vuestro estilo para que no desentone.
Si eres mañosa, puedes decorar el bizcocho con alguna crema tipo butter cream y un sencillo topping de colores o simplemente fruta quedará fenomenal:
Si te animas, aunque esto ya es para semi-profesionales con tiempo y/o para delegar en amigas y familia, también puedes hornear el bizcocho, cortarlo y rellenar los tarritos poco a poco, de forma que lo vayas intercalando con la crema. Esto ya es de nota y no te lo recomiendo si no tienes nervios de acero, ya que bastantes cosas tendrás que hacer antes de la boda como para ponerte a recortar bizcochitos… Piénsalo bien y sopesa antes de empezar.
Y si lo quieres aún más sencillo pero igual de bonito, porque no necesitas ni siquiera horno, una tarde de queso fría con base de galleta y mermelada o simplemente yogur con un poco de muesli y mermelada hará las delicias de tus invitados.
Te dejo la receta de mi tarta de queso fría favorita, la de mi amiga Diana, por si te animas:
Para la base, machaca un paquete y medio de galletas María con media pastilla de mantequilla a temperatura ambiente. Coloca la mezcla en la base del molde y déjalo en la nevera un buen rato, hasta que se endurezca.
Para la masa, utiliza un sobre de gelatina transparente disuelto en agua caliente, 400ml de nata líquida de montar, 200gr de azúcar y un paquete de queso Philadelphia. Mezcla bien y vierte sobre la base de galleta endurecida. Mételo todo al congelador mínimo dos horas, y después a la nevera. Está mucho más rica de un día para otro. Yo utilizo el tamaño familiar de Philadelphia porque me chifla pero se puede usar el tamaño normal, y pongo gelatina de fresa porque sale con sabor a petisuis que les encanta a mis sobrinos. Sí, sí, a mis sobrinos. No es que lo haga porque a mí me vuelva loca.
Sólo una recomendación práctica: es importante poner la fecha de envasado para que se consuma en un tiempo prudencial. En estas fotos tan bonitas no aparece, pero hay que ser prácticos y siempre, siempre, tener mucho cuidado con los alimentos. Y por supuesto, mantener en nevera las que necesiten frío.
¡Ya me contaréis si os gusta la idea y si os animáis a probar la receta de la tarta o ya la conocíais!