Y ahora está el dilema. ¿Cómo lo queremos? Grande, pequeño, en cascada, redondito, de rosas, orquídeas e incluso suculentas. De colores suaves o fuertes, con hojas o sin… Pues que sepáis novias de España que todo esto depende de la altura y forma del cuerpo de la novia (sí, para esto también es importante si estamos gorditas o no), tipo de vestido, peinado y maquillaje que llevaremos ese día.
Así que depende de todas estas condiciones, tendréis un ramo hecho a vuestra medida. Aquí os pongo algunos ejemplos para que vayáis echando un ojo.
Ramo en cascada.
Unas cuantas flores del campo. (A pesar de hacer broma, me encanta).
Ramo de suculentas (una especie de cactus).
Para el enlace de mis padres, mi madre tenía bastante claro que quería un ramo pequeño, con rosas y de color a conjunto de su vestido: peach (color por excelencia en bodas de temporada estival).
La foto modelo fue esta. (Es muy útil buscar por internet algo aproximado a lo que os gustaría y así no volvemos tan loco al florista). Y la florista encargada de hacerlo fue Montserrat Estivill Tules de Flor i Art. Entregada a su trabajo y artista de nacimiento.
Y el resultado fue este.
Ramo sencillo y lleno de rosas.
Novia emocionada donde las haya.
El novio llevaba a conjunto un ramito en la solapa.
Además de las flores que llevaban novio y novia, una buena opción es que las damas de honor lleven un ramo del mismo estilo y color pero en tamaño más pequeño para que se diferencien del resto de invitados y se sepa quienes son.
Guapisimas damas de honor y damita.
Hasta la perrita de la familia llevaba una flor a conjunto en su collar.
Y como es tradición, los ramos de novia se tiran, a las solteras, para que en teoría la que lo coja sea la siguiente en casarse.
Y para despedirme, aquí os dejo una divertida secuencia…
Si queréis una boda sencilla, handmade y con mucha mucha ilusión,
Alba, tu organizadora de eventos.