Uno de sus mejores amigos pensó que los 30 merecían una celebración especial y por eso se puso en contacto con nosotros. 60 personas con la finalidad de pasarlo genial y un presupuesto ajustado eran las premisas. Sin dudarlo tuvimos claro que cada invitado debía llevarse a casa un recuerdo especial de este treinta cumpleaños y sin que M tuviera ni la más mínima idea nos pusimos en marcha.
Y en 3,2,1… Manos a la obra.
- Papeles de Colores
- Tijeras
- Pegamento de barra
- Celo
- Y el pequeño gran detalle: Una chapa personalizada para la ocasión.
Con el material listo, solo quedaba armarse de paciencia y empezar a hacer pequeños sobrecitos que esperarían a los invitados en su plato.
Y así con la intriga de todos y sobre manera la del protagonista de la noche, cada invitado abrió su pequeño regalo. Una chapa, un pequeño gran detalle que todos los invitados lucieron durante toda la velada y que consiguió que con un simple vistazo todos supieran quienes habían sido los afortunados de disfrutar un año más de la compañia de M.