La familia de Belén tenía claro que quería algo elegante y rápidamente supieron que el lugar de celebración sería el Mirador de Toró.
Nuestra anfitriona esperaba una cena romántica con su marido y en lugar de eso, se encontró con 30 invitados que la dejaron boquiabierta. El encargado de organizarlos a todos había sido su hijo y quiso agradecerles a todos su colaboración en esta gran sorpresa, regalándoles una rosa a cada uno.
Para la cumpleañera decidimos hacer un pequeño bouquet de rosas y la verdad que quedó encantada con su “miniramo”.
Respecto a la mesa dulce de Belén, teníamos dos premisas claras. La primera: no queríamos chucherías sino que sabíamos que nuestros protagonistas serían los bombones, chocolates y profiteroles. La segunda: tenía que ser elegante a la par de sencillo (recordemos que menos es más) y con un toque de luz que resaltara cada detalle.
Después de mucho buscar, por fin llegaron a nuestras manos los grandes triunfadores del candy bar de Belén, los bombones de cocktails (caipiriña, agua de valencia, piña colada y mojito)
Y como siempre decimos que una imagen vale más que mil palabras… Aquí os dejamos las fotos del evento.