Ese significativo pedazo de papel se convierte en una inversión de hasta 5 dólares por pieza (en México). Que multiplicado por 100, 200 o hasta 300 invitados, se convierte en una suma que muchas no queremos añadir a la lista de gastos.
Nadie puede negar la belleza de una invitación bien producida. Un papel elegante. El listón de seda. Claro, son hermosas y te dan una idea como invitado, de cómo será la boda. Pero también es cierto que pasada la boda el 99% de las invitaciones serán tiradas a la basura. Son muy lindas pero casi nadie las guarda como recuerdo.
Entonces entra el internet y las recomendaciones de hacerlas una misma. Y dices, ¿qué tan mal puede salir? Es sólo un pedazo de papel y un sobre. Y bueno, la pesadilla comienza. Lo que parece al inicio como una actividad muy inocente, puede terminar en dolor de cabeza por meses.
Y como yo fui parte de las novias inocentes que hicieron sus invitaciones ellas mismas, aquí te traigo algunos consejos de primera mano si estás decidiendo si hacerlas o no.
NO LAS HAGAS SI:
Tienes 2 trabajos, o el que tienes te abarca 15 horas al día. Vives muy lejos de tu trabajo y en la noche sólo te queda media hora para cenar e ir a la cama. Los fines de semana trabajas o tienes otras actividades. Tú me entiendes. No te embarques en esta descomunal tarea si simplemente NO tienes tiempo. No valdrá la pena el estar sin dormir dos meses + estrés. Puedes buscar entre tus proveedores el diseño más sencillo, nada de grabados ni relieves, sólo la hoja impresa y el sobre. Algo económico, sencillo, clásico y que te ahorrará horas y horas que simplemente no tienes.
No puedes conseguir materiales de buena calidad. Quizás vivas en una pequeña población o en tu ciudad simplemente no hay buenas papelerías. Hay una diferencia entre hacer las invitaciones y otra que parezcan tarea de escuela. No es lo mismo imprimir en un papel normal que hacerlo en uno más grueso y pesado. La diferencia se nota a leguas. O que sólo encuentres el típico sobre blanco que se transparenta. Recuerda que los materiales con las que están hechas, son igual de importantes que el diseño en sí. Si no encuentras los materiales que necesitarás de buena calidad, retrocede un poco y piensa si hacerlas tú misma valdrá la pena.
Te estás casando de última hora y ya no hay tiempo de buscar el encaje perfecto con el listón en el tono exacto de color. O hacer mil pruebas para ver que sí esté quedando bien. O tendrías que conseguir en algún lado cosas como la impresora o el papel. No te daría tiempo en caso de que la prueba salga mal y haya que empezar otra vez.
Eres negada para las manualidades. Hacer invitaciones, regularmente, involucra mucho recortar, pegar, centrar, armar. He conocido gente que simplemente no puede recortar algo derecho (como mi marido). No han desarrollado esas habilidades y tardarían mucho en adquirirlas. Si tú entras en esa lista, recapacita si hacer desde cero tus invitaciones sea la opción. Quizás necesites encontrar los sobres ya hechos. O que en una papelería te recorten el papel. O que no tengas que pegar nada. Seamos realistas, cada quien tiene su punto fuerte en algún lado. Como Plan B, si tienes a alguien de mucha confianza a tu alrededor que es bueno con las manualidades, pídeles su ayuda para que las realicen. ¿Por qué necesito mucho tiempo para hacer mis propias invitaciones?
¿Quizás te preguntes por qué estoy duro y dale con el tema de que hay que tener tiempo para hacerlas? Si no estoy escogiendo un diseño taaaan complicado ¿qué tan malo puede ser?
Es un pregunta perfectamente válida. Porque cuando comienzas no dimensionas todo lo que va a ir saliendo. Pero te explico:
Primero pasas horas buscando en Internet un diseño que te guste
Ya que por fin escogiste uno, revisas qué materiales necesitas
Tratas de investigar en dónde puedes comprar cada material que llevará la invitación
Ya que tienes localizadas las tiendas, pasas horas en ellas viendo que si el color es el que quieres, lo grueso del papel, la tinta
Por fin compras todo y te vas a tu casa a hacer las primeras pruebas
En las pruebas la tinta para rotular los sobres no pinta bien, o mancha, o se corre, o pinta en otro color. Los sobres absorben demasiado la tinta. Los sobres son muy delgados. Las tarjetas no aguantan el pegamento que compraste. No se puede recortar de tan grueso que es el cartoncillo. La impresora no puede imprimir en ese papel. Se ven mal.
Y entonces tienes que volver a la tienda otra vez a buscar oootras cosas
Y quizás quieres un color específico, o cierto papel que no encuentras en tiendas. Y te pones a buscar en internet a ver si lo puedes pedir. Y tardas horas porque además tienes que investigar si el proveedor es confiable, si se verá bien, si puede llegar a tu casa…
Y ya que compras otra vez cosas, vuelves a hacer muchas más pruebas. Y este ciclo se repite hasta que tu prueba sale perfecta… …Y ahí le paro porque ya me cansé, jaja. Y apenas vamos en las pruebas ¿eh? aún faltan muchos pasos para que pueda llegar el momento de ¡ah! ¡mis invitaciones están listas!
¿Ahora me entiendes cuando digo, que si vas a DIY tus invitaciones de boda, una de las prioridades es tener TIEMPO? Si ves el proceso anterior, entiendes que si careces de él, el gasto de mandarlas a hacer con alguien en realidad es más como una inversión. O si el presupuesto es muy limitado, también las puedes mandar electrónicamente y te cuesta cero.
¿Qué opciones hay si no tengo tanto talento para las manualidades?
Jaja, porque no todos nacemos con los mismos talentos. Con tan sólo hacer una pequeña búsqueda en Google “DIY invitaciones de boda” verás MILES de opciones y tutoriales (¡gracias Internet!) por lo que estaría de más hacerte un mega resumen de mil páginas aquí. Lo que te quiero mostrar hoy son las opciones fáciles de lograr para cualquier aspirante a DIY, que no te quiten el sueño por meses.
Queremos que las invitaciones, aunque hechas en casa, NO se vean hechas en casa. Que no luzcan como tarea de la escuela. Aunque no nos hayan costado mucho de todos modos queremos que no se vean baratas ¿cierto? Pues la simplicidad y la elegancia son tus aliados aquí. Aléjate de diseños rebuscados. Simplifica tu diseño y verás cómo logras un mejor resultado con menor esfuerzo (y dinero).
a) Invitación con fotografías.
Este ejemplo es con una cabina fotográfica. Con un letrero que personalice como ellos, lograrás un look profesional simplemente porque el papel fotográfico es grueso y brillante. Una tarjeta sencilla al lado con los detalles, un cordón uniendo todo y ya! Tienes tu invitación sin tanto esfuerzo y con un resultado divertido, original.
Foto de Pinterest Otra es que la foto ocupe bastante espacio en la invitación, para aquellas que no quieren romperse la cabeza con el texto. Esto hace la invitación muy personal, y si está impresa con el papel correcto, da un elemento visual muy atractivo.
Foto de gangcraft.net
Foto de vertabox.com
Foto de elegantweddinginvites.com b) Menos es más
Cuando se trata de bodas y de hacer nuestros propios diseños, cuántas veces no pecamos de excedernos, querer hacer y meter demasiado. Y al final como no somos unas expertas en realidad, el resultado no es el que esperábamos. Bueno, pues recordemos siempre el viejo dicho MENOS ES MÁS. La elegancia y la clase se logran cuando sólo los elementos necesarios aparecen. Que nada se vea cargado ni excesivo. ¿Qué tal estas invitaciones abajo? La información está ahí. La tipografía es linda. Un detalle coqueto y ¡ya está! No se necesita más para tener un resultado perfecto.
Además, al dejar la impresión solamente en negro, esto nos hace ahorrar un poco en tintas de colores (que son más caras).
Foto de Polka Dot Bride.com
Foto tomada de loveinamasonjar.com c) Usar elementos que parecen caros (y no lo son)
Ilusión óptica. Hay ciertos elementos especiales que pueden hacer parecer una invitación como carísima cuando en realidad no lo fue.
Te traigo este ejemplo. Está muy de moda entre las novias comprar de páginas chinas estas llaves metálicas por docena, por lo económicas que son. Ahora, conseguir una caja mona. Un poco de papel de china cortado en tiras o viruta de madera súper económica. Una impresora a color. Un cordón. Y ya la tienes. A mí me pareció muy linda y ad-hoc para las bodas de temática rústica. Y si la desmenuzas, en realidad no lleva tantos elementos ¿qué te parece?
Foto de Pinterest ¿Qué tal un cartoncillo como base y como elemento central un listón satinado? Aquí lo que resalta por su belleza es la tipografía (y tamaño) en los nombres. Ya que sin ella esta invitación no sería tan especial.
Foto de Pinterest Encaje, tela, sellos de cera, follaje, flores deshidratadas, botones, sellos (y recuerda que con lo que te sobre de materiales, puedes hacer otras cosas, como menús sobre las mesas, o tarjetas de agradecimiento! )
Foto de Pinterest
Foto de Pinterest
Foto de Pinterest
Foto de Pinterest Aunque no lo parezca, diseñar desde cero una invitación en la computadora no es tan fácil ni tan rápido. Si no tienes tiempo o no tienes ni idea de cómo diseñar tu invitación o en qué programas, siempre hay la opción de páginas web que tienen modelos ya hechos y que tú simplemente puedes personalizar los nombres y la información. Ya con la tipografía bonita y todo. Simplemente bajas el archivo y lo imprimes a color. Para ello revisa mi post acerca de las invitaciones digitales, ahí hay varias opciones en español e inglés que seguramente te ahorrarán mucho tiempo.
Si quieres leer más artículos para novias relajadas, diferentes y con los pies bien puestos sobre la tierra, no olvides visitar el blog La Novia Experta o seguir la página de Facebook: La Novia Experta
Espero que te haya dado ideas sencillas de hacer por si lo de las manualidades no es lo tuyo o el tiempo es poco. ¿Tú harás tus propias invitaciones desde cero? ¿O conseguirás un modelo para personalizarlo e imprimirlo? ¿O mandarás a hacerlas? Ya un día te platicaré mi experiencia con mis invitaciones DIY (spoiler alert: no estoy muy orgullosa de ellas, jajaja)