Todas hemos escuchado multitud de métodos, técnicas e incluso rituales para mantener limpio nuestro joyero. Que si pasta de dientes, piel de patata, zumo de cebolla incluso sangre de unicornio.
En Singularu queremos ponértelo fácil y queremos que tengas como el primer día tus mejores joyas de una forma fácil y eficaz, sin que tengas que sacarle el zumo a una cebolla, pelar dos kilos de patatas y mucho menos matar a un unicornio.
En primer lugar, y antes de empezar ten en cuenta las siguientes advertencias.
Cierra el desague de tu lavabo o la pila ( si es que realizas la limpieza en ella) no tengamos un disgusto.
Asegúrate de revisar el estado de las piedras o piezas adheridas a tus joyas. Ten mucho cuidado si alguna de estas piezas parece estar floja o mal sujeta y si es necesario acude a un joyero profesional para repararla.
Utiliza siempre cepillos o trapos suaves, recuerda que vas a limpiar meteriales muy delicados y que se rallan muy fácilmente.
Guarda tus joyas en bolsas fabricadas en algodon e intenta separarlas entre ellas para evitar rayaduras o roces.
¿Cada cuánto tiempo debo limpiar mis joyas? Pues aunque seamos una locas empedernidas de la limpieza, no debemos limpiarlas más de dos veces al mes.Y dicho esto empecemos con las recomendaciones de limpieza, dependiendo del material al que nos enfrentemos claro está:
El oro: Si tus joyas de oro han empezado a oscurecerse, prepara un litro de agua tibia, añade unas gotas de jabón (fregaplatos) y también dos gotas de amoníaco. Sumerge en este agua las joyas envejecidas y frótalas suavemente con un cepillo o estropajo suave. Después enjuágalas con agua tibia y déjalas secar con el aire unos minutos.
¡Ojo! Nunca utilices lejía, cloro o aclaradores químicos. Las decolorarías y estropearías en el momento.
La plata: Este metal es extremadamente delicado, y se ralla con muchísima facilidad por lo que para limpiar nuestras joyas de plata únicamente debemos utilizar agua tibia y con un trapo suave sacarles brillo.
Los diamantes: Los diamantes presumen de ser muy resistentes, por lo que su limpieza es bastante sencilla, únicamente con limpiarlos con un trapo o estropajo suave humedecido en agua jabonosa sería suficiente. Si queremos limpiarlos más a fondo, podemos dejarlos en remojo en agua con unas gotas de amoníaco antes de frotarlos con el paño humedecido.
Las perlas: Para la limpieza de este material recomendamos la limpieza en seco, utilizando un paño humedecido en agua y unas gotas de jabón. El motivo es evitar el deterioro del hilo que une tus perlas, el cual por la humedad puede llegar a estirarse incluso romperse.
¡Así de fácil es mantener tu joyas más especiales como si fueran nuevas! Esperamos que os sirvan nuestros consejos, que los utilicéis mucho y que compartáis con nosotros vuestras experiencias o trucos.