Comúnmente las bodas se celebran en meses con climas más calurosos, por lo que, puede suceder que solo tengamos más vestidos veraniegos. ¿Qué hacemos, por tanto, cuando nos invitan a una boda en otoño-invierno? Lejos de tener que comprarnos un modelo de temporada, podemos adaptar sin problemas un vestido de verano que ya tengamos, añadiéndole, una vez más, los complementos adecuados.
Así, vamos a ver un ejemplo con ese vestido color mostaza de House of Frasser, que, aparentemente, a partir de su color vivo y llamativo y su caída holgada y desenfadada, podríamos ubicar más en los meses de verano.
Para la primera opción nos decantamos por una combinación con negro, un color ideal para contrastar con el brillo del mostaza, muy elegante, que aporta ese toque oscuro perfecto para el invierno. Así, hemos elegido unos zapatos negros de H&M, una chaqueta de estilo blazer ceñida a la cintura de Burberry y un clutch joya de Elie Saab, que aporta el toque de glamour.
Como complementos, al haber prescindido de estampados, podemos escoger unos pendientes largos, como estos de Zalando, y un brazalete dorado, como el de Marie Claire. Por otro lado, si todavía no estas convencida con este outfit para el invierno podemos agregarle unas medias negras pero no muy tupidas.
La segunda opción tira por los tonos tierra y marrones. La atención principal se la lleva la chaqueta de pailletes de Dorothy Perkins, por lo que el resto de complementos destacan por la sencillez y discreción. Prueba de ello son los zapatos de All Saints, el bolso cartera de Debenhams y los pendientes de Zalando. En este caso pueden optar por combinar este estilo con medias color carne oscuras.
¿Qué os parece? ¿Vais a aprovechar algún vestido de verano para una boda invernal? ¿Con cuál de estos dos conjuntos os quedaríais?