El lugar elegido fue el Majestic Hotel & Spa, un clásico en el centro de Barcelona, que además de su edificio emblemático ahora cuenta también con una masía para bodas recién inaugurada, que no os podéis perder si estáis planeando vuestra boda.
Nos esperaba una elegante mesa imperial decorada con las flores de Bouquet: peonías, rosas inglesas, anémonas… para una loca de las flores como yo, el paraíso. A modo de seatting plan teníamos cada uno una palabra caligrafiada que hacía alusión a esos ingredientes que no deben faltar en una boda: detalles, elegancia, amor, delicadeza…
El Majestic cuenta con Nandu Jubany como asesor gastronómico, así que podéis imaginaros cómo estaba todo ¡¡delicioso!!: éclaires, huevos Bennedict, mini sándwiches, tartas de todo tipo… vamos, para empezar con buen pie la operación bikini El desayuno estuvo lleno de sorpresas: Bouquet nos tenía preparada una preciosa corona de flores (¿os podéis creer que no tenía ninguna? ¡me muero de ganas de estrenarla!), Carita nos obsequió con una crema y Mr. Wonderful con un montón de desayunos felices en forma de tazas. También estuvieron Carolina y Aida, de Unicef, que nos presentaron su nueva iniciatival, el Regalo Azul. Me gustó tanto que quiero hablaros de ello más a fondo en un post, porque lo merece. Como un día de Reyes, pero en versión cuqui-bridal.
Estos días soy una mujer a un bebé pegada, ¡y feliz!
Gracias a Zankyou por una mañana tan encantadora, ¡vosotros sí sabéis cómo organizar un brunch! También al equipo del Majestic, por ese trato exquisito y ese saber hacer, a The Visual Partners por las fotos y a los demás colaboradores que hicieron brillar esa mañana lluviosa.