Tuve de mi lado a la perfecta compinche, así que un día antes del día B, le dejamos una notita que ponía algo como «que teníamos que ir al lugar dónde empezó todo». Así pues, nos dirigimos hacia La Garriga de Castelladral, de la que os he hablado muchísimas veces y que fue el escenario de nuestra boda.
Nos instalamos en la suite de la masía, la misma habitación en la que estuvimos cinco años atrás. Fue curioso revivirlo todo y además al lado de nuestras hijas. Julieta todavía no es consciente, pero Valentina sí, y además tiene mucha curiosidad por el día de nuestra boda. Pregunta y le gusta mirar el álbum del gran día. Reconocía muchos de los rincones y fue especial revivirlo a su lado. ¡Hasta vimos el vídeo de la boda de nuevo! Disfrutamos de la calma del lugar, nos bañamos en la piscina y cenamos en el nuevo restaurante que justo unos meses atrás habían inaugurado.
Cuando nos despertamos, el desayuno Buffet de la Masía nos estaba esperando; y mientras ellos lo hacían yo preparé la habitación con todos nuestros atuendos (un poco actualizados) para «revivir» ese gran día. Conté con la ayuda de las chicas de L’Arca de Barcelona para vestirme con una de sus faldas de tul y un top de encaje(recordando mi vestido de novia con un toque de color). Para las peques, como siempre, conté con y para el amore, como detalle, le regalé una pajarita de madera con las fechas de la boda grabadas en el reverso.
¿Lo que hicimos después? Un pequeño paseo por los bosques de la Masía los cuatro juntos con Annie de La Paz. Repetimos algunas fotografías de ese gran día, nos reímos, jugamos con las peques entre los árboles y las plantas y dejamos un recuerdo muy bonito de ese día. Como detalle: le dimos a Valentina un porta alianzas de madera de y repetimos nuestros votos.
Os dejo con algunas fotos de ese increíble paseo…
El resultado ha sido un reportaje de fotos en familia precioso, que formará parte de nuestro álbum 2019. Después del paseo, nos fuimos al comedor de la Masía, donde les pedí al catering To+ que nos hiciera el mismo menú que el día de nuestra boda. Creo que es lo que más le gustó a Ramon y que como buen foodie pudo disfrutar de toda la calma que nuestras hijas nos dejaron para saborear los platos que escogimos para nuestro gran día.
A las chicas de Estudi Vint-i-dos les pedí dos cosas más. La primera que nos hicieran unas letras que pusiera «siempre nuestros», una frase que nos recuerda mucho a nuestros inicios y que te hace conectar con aquello que te une a tu pareja. Un mensaje que nos hace sentirnos en casa. Y por último, también les pedí que recrearan la minuta de nuestro gran día, esta vez, con las fechas actualizadas y que fue lo que os enseñé por Instagram aquel día.
Terminamos aquel gran día con un sobre en los postres que decía que nos íbamos 4 días a Mallorca a modo de luna de miel. Sí, lo sé, tengo pendiente poneros el itinerario que hicimos… aunque ya casi me espero a la Primavera… ¿O lo queréis ya?
Fue una celebración sencilla, los 4 solos, lleno de detalles que aunque con un poco de agobio, me encantó preparar durante semanas. Y al final, es con estos momentos con los que nos quedamos, con el tiempo que pasamos y pensamos en los que amamos.
Amore, ponte las pilas, que para los 10 años te toca a ti Os dejo aquí abajo todas las personas en las que confié para que nuestro gran día saliera redondo:
Fotografías: Annie de la Paz
Localización: Masía la Garriga de Castelladral
Falda tul y top encaje: L’arca
Vestidos niñas: Mademoiselle Nibó
Letreros, porta alianzas y minuta: Estudi Vint-i-dos