La semana pasada os hablaba de la boda de Beatriz y Diego el 31 de Agosto. Ese fin de semana hicimos doblete y mientras mi equipo ponía puertas en el jardín, el equipo de Mónica ponía preciosísima la boda de Esther e Iván.
Empezamos como siempre, con las palabras de Esther, que como digo siempre, es nuestra mejor carta de presentación:
“Hola chicas!!!!
Por fin saco un ratillo para escribiros, es lo que tiene la vuelta a la rutina, que no paras, pero no podía pasar un día más sin agradeceros el maravilloso trabajo que hicisteis.
No tengo palabras para describir todo lo que sentí cuando me baje del coche y vi a toda mi gente esperándome alrededor del caminito de botes con paniculata . Y al final del camino, Iván, con su sonrisa esperándome debajo de esa encina llena de faroles colgados que tantas veces había imaginado.
Todo estaba precioso!! Cada rincón, cada detalle, hacéis que sea único y diferente.
Me alegraré siempre de que formárais parte de nuestro día porque sin las colorines y especialmente sin ti, Mónica, nada habría sido igual de bonito.
Muchas gracias y seguid trabajando siempre así, porque todo trabajo tiene su recompensa, y no hay nada más bonito que ver a una novia feliz el día de su boda y saber que vosotras formáis parte de esa felicidad.
Muchos besos
Esther&Ivan”
Vamos con la deco.
La ceremonia quedó preciosa: como habéis leído ya, el camino al altar lo marcaban botes con paniculata. Entre cada uno de ellos pétalos blancos. Terminado este camino llegamos a la zona de ceremonia, con sillas de forja sin vestir (como debe ser jeje) y faroles con plantas dentro en el pasillo.
En la trasera una encina centenaria (qué buena energía). Una encina enorme y preciosa de cuyas ramas se colgaron farolillos con flores a distintas alturas.
Y en el altar una de nuestras mesas con un sofa para los novios y unas butacas para los padrinos. ¿La sorpresa?. Que la ceremonia se hizo ¡de cara a los invitados!. Porque al final las bodas son sentimientos a flor de piel, tanto para los novios como para todas las personas que los acompañan. Y ¿qué mejor manera de hacer realidad estos sentimientos que viendo la cara de los novios en todo momento?. Al principio Esther no quería jeje pero al final Mónica la convenció. Y fue precioso y súper emotivo. De hecho a los novios les encantó vivir tan de cerca a sus invitados en lugar de “darles la espalda”.
Pasamos al cóctel y con él a uno de nuestros photobooth. Esta vez corazones por todas partes. Dos escaleras antiguas sujetaban la estructura sobre la que se colgaron las cartulinas troqueladas. Y como photoprops boas, sombreros y corazones súper coloridos y llamativos. No os perdáis la forma en la que colocó Mónica las cartulinas. Si os fijáis en las blancas veréis que hizo la forma de un corazón, ¡qué tía!.
Seguimos con el libro de firmas. Un árbol de huellas (me encantan, para qué mentir…) que colocamos junto a otra de nuestras mesas con material de atrezzo y flores. Súper sencillo y a la vez súper bonito.
El seating plan de esta boda es una auténtica pasada. Escrito en una ventana y decorado con un montón de cositas de atrezzo. Espectacular.
Y terminamos con los centros de mesa. Esta vez sólo os voy a enseñar el de la mesa de los niños, para que veáis que se pueden hacer otras cosas para los enanos y que sus centros queden tan bonitos como los de los mayores. Aunque aquí he de confesar que tuvimos “ayuda” ;) Un cofre del tesoro (llenito de cosas) en el centro, pañuelos piratas y parches para ellos, coronitas de princesas para ellas y regalitos en forma de sacos con los nombres de cada uno. Súper chulo!
Pues hasta aquí la deco de la boda de Esther e Iván, un encanto de pareja. Que seáis súper felices, chicos.
El Martes que viene os enseñaré otra de las bodas de esta temporada. Mientras tanto, mañana nos vemos con otro post lleno de ideas, inspiración y fotografías que os puedan servir para vuestro gran día.
¡Feliz Martes!
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