1. En primer lugar, hablar con el catering o el restaurante y saber hasta que punto son flexibles. En algunos sitios no tienen menús cerrados y podemos combinar platos de distintos menús.
2. Preguntar si hay problemas para confeccionar menús especiales para diabéticos, vegetarianos, alérgicos a algún alimento. Esta parte del banquete de bodas es muy importante si lo que quieres lograr es que todos los invitados se sientan cómodos.
3. Saber si hay posibilidad de repetir en cada plato. Normalmente, en las bodas se come muchísimo y acaba sobrando mucha comida pero nunca se sabe.
4. Saber si los platos van a salir emplatados o se sirven en bandejas. En el primer caso es importante saber cuántos camareros por mesa hay para que nada llegue frío.
5. Preguntar que tipo de bebidas tienen y si hay algún límite. En casi todos los sitios se elige un vino tinto y otro blanco pero no se limita el número de botellas.
5. Por último, a la hora de los postres debemos preguntar si podemos poner varios postres para probar por parejas, si se molestarán en preguntar a cada persona como quiere el café, si prefiere cava o champán...
¿Alguna pregunta más?